viernes, 27 de febrero de 2009

Mi señora...

Quisiera darle las gracias, señora, mi señora, por tanto, por tan bueno...
Me daba forma en la madrugada, bajo un silencio tiznado de olvidos y promesas, me acariciaba al alba, como la tierra que mece al que la trabaja, me regalaste fe y esperanza a media mañana cuando el campanar suena y la pereza se diluye. Y no te logro olvidar, mujer, esos atardeceres a tu vera, horizontes que se hacían finitos pues tu mano lo alcanzaba todo, no te logro olvidar amada mía,dueña de mi inocencia...
Musa de mis palabras,inspiración de mis carnes, consejera en la desdicha, amante fiera cuando la lujuria se acercaba a mi orilla, a mi humilde barca, allí donde me susurraste los mejores versos, donde me ofreciste los mejores aromas, allí jugaste y no perdiste, sin lamentos ni reproches, como buena señora,mi señora...
Mil lágrimas derramé cuando me olvidabas, cuando te hacías pequeña en la distancia y tu lino se hacía paño. Nadie supo consolarme cuando te rendiste, ni el viento ni el destino, ni mucho menos juramentos huecos y lejanas letanías, tan sombrías como mi calma, efímeras como mi paciencia...
Volví a tí al tiempo, cambié, no sé, cambiaste, pedí en una esquina clemencia por el olvido, te ví arrastrarte en tormentas, ví romper cristales sobre tu espalda, como puñales de un mundo que no sabe ni entiende de honores, ese que bordaste con paciencia en el cuello de los que te abandonaron, los mismos que hoy cumplen condena eterna, la de las almas que no tienen alma y cambiaron su patria por unas risas y unas monedas, la peor de las penitencias, proscritos en desiertos de sensaciones...
Sin ser vistosa me seduces, como la mejor de las amantes, y, sin embargo, pueblo, te soy infiel cada domingo por no perderme entre tus calles y contarte al oído mil historias de amores que se fueron y vientos que sonríen al pensarte. Villarrasa, señora, mi señora, mis respetos...

miércoles, 25 de febrero de 2009

Descubrimientos en la madrugada...

Podrían ser las 2 de la mañana del domingo, la noche era clara pero fría, y más aún en el patio de mi casa del pueblo, donde a esa hora asoman babosas en busca de esquinas húmedas y el suelo se hace hielo. Me había quedado traspuesto escuchando las crónicas de los partidos, resguardándome en la estufa de un frío que calaba. En esas que me desvelé con hambre de oso y corrí a la cocina salivando al imaginar el arroz salteado o la pasta gratinada que me iba a zampar cuando me percaté que en ninguna de las tres malditas bombonas quedaba una pizca de gas para darme el ansiado gustazo. Después de mucho probar y maldecir encontré una de esas cajas militares de comida que mi padre había dejado por allí olvidada. Tienen que verlo, viene de todo, desde unas latas con cocido hasta mermelada y galletas, cerillas, chicles, vitamina C, y hasta unas pastillitas blancas que arden durante un rato largo para darte tiempo a calentar condumio. Y en el fondo, eso es lo mejor, una especie de chapita que, bien doblada, hace de cocinilla improvisada al calor de la pastilla de marras. No dudé, abrí la lata de albóndigas y allí, en medio del corral, con frío polar, me ví ensimismado en la fogata y las burbujas hasta que decidí que iba siendo hora de probar el invento. Y a fé que estaba bueno, quizás el hambre engañó al paladar, pero disfruté del alimento como nunca. Y fue, mientras me llevaba a la boca el cacho de carne, cuando pensé, embobado en un Boeing que surcaba el horizonte, en todas las cajitas de ración diaria que podrían comprarse con lo que costó ese avión de pasajeros. Les ahorraré la cuenta, dos millones de cajitas de comida. Sí compañeros, dos millones de personas que comerían caliente a cambio de uno de esos aparatos sin alma. Y ahora cavilen si ese coche que tanto desea, ese viaje que lleva tiempo planeando, ese vestido del escaparate o ese pisito de la playa vienen mereciendo la pena, cuando hay cajitas que, por menos de 1 euro, te hacen sentir vivo tanto a ti como a tu tripa durante un día entero, a ese binomio tan malacostumbrado a la buena vida y que no aprende a pesar de los pesares, pues sabe el artista y el inventor que las mejores poesías y creaciones salieron de corazones llenos y estómagos vacíos, pero no muertos de hambre…

lunes, 23 de febrero de 2009

El fin de semana dio para mucho. Me quise esconder en el pueblo, en una casa fría donde el silencio hace las delicias ante tanta vida ajetreada y estrecheces de finales de mes. Nada de grandes hazañas, unas cervecitas salpicada de risas con los amigos mientras niños vestidos de domingo corretean detrás de una pelota. Pero es agradable, sobre todo cuando llevas tiempo sin pararte a pensar en los pasos que das y el camino que pisas. Vuelta a la realidad...

jueves, 19 de febrero de 2009

Mi tía Isabel...

Vive en la sencillez, caminando despacio, como respira, como el latir apacible de un corazón que no conoce más pecado que dar la espalda a la inocencia antes de tiempo. Su sonrisa, sincera, su bondad, infinita. Su mundo no sabe de leyes más allá del altruismo por los que quiere, no hay lamentos para el que acerca el barco a su orilla, su victoria ante la vida es eterna…
Le encontró el destino antes de tener espada, dos hijos que hoy son la mejor expresión de su quehacer por este páramo de existencia. Y sola, ante todo, los educó, a la vez que tomaba ejemplo de sí misma, pues no tuvo más referencias que las burbujas que parecían divinas y llenas, pero que al rato explotaban y dejaban un vacío amargo…
Vistió su estampa de esperanza y de trabajo, desde cero, donde empiezan los grandes, y fue construyendo con ahínco y esmero la mejor de las obras, la familia, abatiendo con destreza cada golpe de estilete, con armadura cada vez más firme. Cuida su estirpe de una manada de lobos continua que acecha el horizonte, vientos que soplan en contra y traen lodos que no merece el común mortal, y esos buitres a la espera de carroña, pero que saben que ante una madre hay poco que hacer, pues no hay mejor defensa que la indiferencia…
Y es que hay varias vidas en la tuya. Madre responsable, mujer trabajadora, amiga que responde, amante, hija comprometida… y en todas ellas la misma tez, sincera, sin tapujos ni contradicciones, con la mano tendida a los suyos, demostrando que no hay mejor ejemplo que hacer las cosas bien de manera sencilla, inspirando palabras humildes...
No espereis que tuerza la forma ante nada, ellas los gestos los hace con el corazón, y con el corazón te digo que quise que tuvieras unas letras, de tu sobrino, el mayor, ese al que tanto has mimado y querido, y que siendo ya medio hombre, se siente aún niño a tu regazo…

miércoles, 18 de febrero de 2009

Café Gijón, en Sevilla..

Dió que hablar lo de los marcianos en la sobremesa. En ese ratito para el café que compartí con mis compañeros de fatigas. Las opiniones eran dispares y curiosas, desde el que negaba la existencia de vida extraterrestre, al menos inteligente, hasta el que estaba convencido de que los muñecos verdes tenían nuestra forma y vivían entre nosotros. Y entre medio risas y matices...
Allí ocurría, en aquella cafetería, en plena discusión teorizando sobre si el alienígena tendría que ganarse el pan como el humanoide típico... sobre si sería considerado como ilegal, por aquello de la dificultad de arreglar los papeles a cualquiera hoy día. Y la gente de alrededor alucinando...
Y en esas estamos, la charla terminó y cada uno tomó rumbo dispar dándole vueltas al cotarro. Y yo, que reí un rato, quedé contento. Unas letras mías habían hecho, sin quererlo, que Laura, ganadora de bienales de flamenco, Antonio, pintor excelso de batallas, Juan, padre de familia y mago del piano, Sara, nómada de nuestro tiempo, Ana, con su altruismo de otro mundo, y servidor, echáramos unas risas y equiváramos problemas y estrecheces lo que dura un café. Reunión de artistas incomprendidos. Lo de los marcianos viene siendo lo de menos...

martes, 17 de febrero de 2009

Esos vecinos verdes

Entre el amasijo de noticias que nos inunda cada mañana entre tanto portal de información o teletipo efímero encontré un estudio de unos científicos americanos que demostraba la existencia de miles de planetas con las mismas características que la Tierra, solamente en la Vía Lactea, esa donde habitamos, galaxia entre millones. Por lo cual se supone que la vida en otros planetas es más que probable, desterrando tantas creencias y dogmas como siglos tiene la historia de la humanidad. Y uno piensa, y no es en valde, que si mañana un marciano verde provisto de antenas aparece saludando desde su nave platillo, con cuatro dedos y desnudo, no cambiaría tanto el cotarro. Primera plana, eso sí, pero poco más. Serían recibidos con los brazos abiertos por politicuchos, autoridades y toda la pesca, que para eso el currelas paga las recepciones a base de IVA, probarían las exquisiteces de cada tierra, leerían las mejores obras, admirarían pinturas, se deleitarían con esculturas e inventos, gozarían con Mozart, Picasso, Leonardo… y volverían a su planeta para contar lo que aquí vieron y dirían dos cosas, estoy seguro. “Que de arte y envidia esta plagado el universo, pero que de vida inteligente, ni rastro…”

lunes, 16 de febrero de 2009

Hace un par de años por esta época estaba perdido, sin expectativas, sin un futuro prometedor, mucha culpa y mucha indiferencia. Hoy celebramos que todo ha cambiado.

jueves, 12 de febrero de 2009

Poeta Laraña...

Permita letras humildes haciendo honor a su aura. Cualquier semblanza que se le dedique no acercaría a imaginar tanta profundidad en un sólo corazón, y es que hay más razones que palabras que signifiquen. Les hablaré hoy del padre entre los padres, de apellido Laraña, ese que habita en reino celestial pero que antes de partir quiso regalar al mundo la esperanza y la bondad de un alma pura, libre y eterna...
Ocurría cada domingo a las doce, cuando el Sol más aprieta, el Padre Laraña vestía su capa blanca, honorable, y se deslizaba a la iglesia desvencijada de humilde construcción, allí en isla lejana, lejos de su tierra y de su gente, esa que le dedicó tantos nombres de calles y vestigios de César triunfante, por simplemente ser como era…
Comenzaba la misa como dicta el regio canon, recitando con destreza cada verso bíblico, dando la razón a la poesía del mensaje, esa que reconocías en cada párrafo sólo si sus labios eran puerta al mundo, como poeta.
Entendí entonces que la oratoria distingue a la persona, y que, más allá de credos y dogmas, la paz empieza por uno mismo, con un sinónimo común, el amor, altruista y sin esperar nada a cambio, tan sencillo como quimérico, a la vez posible…
Jesuita por convicción, cuentan sus compañeros que leía y releía párrafos subrayados de cualquier texto, antiguo o moderno, si versaba sobre actitudes humanas, quizás intentando dar respuesta a tanta pregunta sobre las relaciones entre iguales, tan complicadas como, a veces, hermosas…
Levantaba al alba, dirigía unas oraciones sinceras de rodillas y disponía de sus quehaceres con la misma humildad que inauguraba centros de día en su nombre o le condecoraban con medallas por su trabajo y por su buen hacer.
Son interminables las obras, incontables los lugares que visitó sin dejar indiferente, contaba por miles los agradecimientos de niños, mayores, adolescentes… siempre al lado del que no tiene nada, dando calor a inviernos gélidos con miradas solemnes…
Se retiró poco antes de su muerte, a los 95 años, tras haber dejado tras de sí una vida completa de misiones y bondad infinita, y obró milagros, ese requisito que pone el Vaticano para santificar. Lo hacía cada domingo, en misa de doce, con la iglesia repleta de almas vacías que salían por la puerta media hora más tarde dando un sentido a sus pasos. Su milagro consistía en eso, desde el amor, curar corazones en espanto, simplemente con palabras sinceras y escalofríos repentinos...
Su legado curtirá a los que le conocieron, sus palabras se oirán por los tiempos, su mensaje vivirá más allá de su tumba y sus oraciones. Mi lanza y mi pluma recordarán su semilla con pulcritud, como entendió su existencia, y clamarán honores puros en cada gesto, si usted, donde estuviere, tiene a bien guiarme en el desempeño.
Me trataste de “hijito”, y como padre amable que fuiste honraré tu presencia en este mundo dejado de la mano de Dios, ese al que tanto leías y rezabas… y aún así, padre, no seré digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya… bastará para rendirte pleitesía...

miércoles, 11 de febrero de 2009

Así vienen dadas compañeros. Me levanto con la noticia de que el Banco Santander le da al Madrid un crédito de 70 millones por fichar a Cristiano Ronaldo, sí, un tío que se dedica a darle patadas a un balón de cuero. Es para retirarse al monte... mañana propongo terapia...

martes, 10 de febrero de 2009

Operación Obama

Robin Obama de los bosques, presidente por derecho y bandera de un mundo diferente, en medida irrefutable, ha instado a prohibir sueldos mayores de quinientos mil euros a los altos cargos de las empresas sobre las que ha actuado el plan de rescate del Congreso estadounidense. Sí, les hablo de aquellos bancos y financieras que vivieron por encima de sus posibilidades, ofreciendo el oro y el moro y mirando para otro lado, que para eso son únicos los presidentes y ejecutivos. Pues bien, el gobierno americano, divisando el desastre, acudió en su ayuda inyectando dinero del Estado para sufragar agujeros ganaditos a pulso.
En esas estamos, que llega Obama al poder y nos viene a decir que los dirigentes de esas empresas,por ley, deben tener un “sueldo” acorde al momento por el que están pasando. Y es cuando se produce la histeria colectiva entre los mandamases de esas empresas indignas, y montan en cólera, argumentando que si les bajan el sueldo se irán del país, donde no haya restricciones para engordar el buche a trocomoche.
La medida de Obama es o era impensable bajo un gobierno capitalista que vivía de la premisa del “tanto vales tanto ganas”, ya saben, eso de que es justo ganar 1 millón porque reporto a las arcas de mi jefe 2 millones, ese castillo de naipes a punto del desbarajuste…
Por eso entono hoy el aleluya, por la esperanza de vivir en un mundo más justo donde se premie al honrado y no al "listo" con sus artimañas, a ese sistema me apunto sin pensarlo. Ya sé lo primero que haré hoy, buscaré en la guía telefónica el apellido Obama, a ver si el hombre tiene un primo o algo en Albacete que nos libre de políticos corruptos, presidentes de bancos avariciosos y demás chusma trajeada que habitan por estos lares…

lunes, 9 de febrero de 2009

Ladrones y bolígrafos...

Recibir aplausos por unas cuantas letras y silencios reconforta, sobre todo porque el autor no reconoce tanto mérito en lo que su pluma dibuja. Me alegra que acudais y disfruteis, inimaginable para el común mortal que soy.
Pero hoy quiero pintar menos versos y más prosa de la que amarga. Sucesos que ocurren en lo cotidiano que uno no entiende, por mucho que busque en Google. Y es que, en el periodo que va desde el 20 de Diciembre al 20 de Enero, mes en el que no estuvimos prácticamente en el piso, la factura de luz ascendió a 180 euros, cuando estábamos pagando normalmente unos 40 o 50. Habrán escuchado la noticia, le ha ocurrido a más de un españolito, con lo que la cuesta de Enero se hace pared infranqueable. Y uno se siente indefenso, pues se nos dice con educación “pague usted, y después reclame”, y a otra cosa…
Y te hartas, te hartas de no recibir una mísera ayuda, tener dos trabajos para pagar unos estudios y aún así tener una vida mediocre, y llegar con lo justo al día 22 de cada mes. Te hartas de sentirte mangoneado y tener la sensación que ésto no ha hecho sino empezar. Te hartas, desde luego, de pertenecer a un “sistema” en el que no te han preguntado si querias entrar, y del cual, ni mucho menos, te dejan salir… Sólo me quedan mis letras, eternas, y la seguridad de que leerme no os costará un duro, a menos que no tenga para bolígrafos…

viernes, 6 de febrero de 2009

Héroes que madrugan....

Padre de familia que conoces el frío de la madrugada cuando tus hijos hacen las de Morfeo, mientras tu esposa, compañera, prepara el desayuno de los héroes. Este canto va dedicado a aquellos que dejaron de pensar en sí mismos y torcieron gestos por corazones inocentes. No hay mayor locura, ni tanta magia, pues la esencia de lo divino la puedo reconocer cada mañana en cada acera, quizás absorto tras el cristal del autobús empañado por el vaho y la desidia. A veces te observo en la barra, con el café a medio tomar y la mirada perdida, reflejo de un mundo que intuyes vacío. De pronto giras tu estampa y mentas al altísimo por tener que luchar en una guerra perdida de antemano, con batallas a menudo crueles. Ducho en recibir estocazos y esquivar espadas de punta fina, te has curtido en el infierno, en el peor de todos, ese que dicta sentencia a muerte si el miedo llama a tu puerta y la esperanza salta por la ventana de la injusticia, porque de tus manos dependen bocas de tus carnes, y eso compensa todo…
A veces luces traje, otras harapos, pero es tu cara el peor disfraz, ese que cada mañana, a primera hora, calzas en el desamparo. Tu rostro clama fonemas de otro universo, allí donde el honor no se compra y el cariño permanece, más allá de contratos y promesas. Te oigo en silencio jurarte paciencia, te rozo y noto la calidez de un corazón rodeado de ánimas gélidas que hielan hogueras, y te veo persistir en lo imposible, desafiando probabilidades, acechando la lógica, esa que no se atreve a murmurar rendiciones en tu presencia, porque sabe que apuesta en falso, a pesar de todo…
Esta es mi oda al padre, a la madre, a todo aquel que mire por todo y por todos sin mirarse, aquel que piense que la bondad de las almas salvará al mundo, y lucha para que sus hijos lo vean, aunque ellos hayan tomado ya otro camino, allí donde va la gente buena, en honroso altruismo…
A usted, padre o madre de familia, mañana, cuando vaya camino del trabajo, dejaré de decirle, por vergüenza, que le observo, le respeto, y le admiro…

miércoles, 4 de febrero de 2009

Excursiones y tragedias....

La ocasión y mi ausencia, por justificada que sea, lo merece. Pequeñas anécdotas de mi breve existencia que hagan el café de primera hora más agradable al paladar, exquisito o rancio según lo que haya detrás, que para paladares y gustos, colores.
Recordarán vuesas mercedes, si tienen a bien, aquellas primeras excursiones en el colegio. Las recordarán porque eran emocionantes. Te subías al transporte a primera hora, entre carcajadas y bromas, los mayores trabajando, de un lado para otro, con cara desencajada, y tú pegado al cristal del autobús saludando al que más y al que menos, embobados al conocer que, más allá de tu aula, en horario de clase, existía vida y movimiento. Sentarte con tu mejor amigo, cerca de la niña que te hacía ojitos, cantar al unísono, esa mochila con el bocadillo, en papel albal, y alguna bolsita de golosinas que duraba bien poco.... Todo lo preparabas con ilusión desde días antes, con la certeza de pasar una mañana repleta de nuevas sensaciones, risas, juegos y algún que otro guiño inocente a la guapa de la clase.
En esas estamos, la tarde antes, siguiendo el ritual de siempre, mi madre me dio doscientas pesetas de la época, un Potosí, para visitar a Don Paco y canjearlo por una bolsa repleta de confituras azucaradas, las mismas que al día siguiente zamparíamos con vehemencia y desasosiego. Casi merecía la pena el viaje sólo por aquellas chucherías, pues el lomo empanado estaba bueno, no se me enfade, madre, pero el paladar de los seis años no es amigo de las proteínas en demasía…
Vuelta al hecho, que desvarío. Ya en casa, todo preparado, con Sergio, sentados en aquel sillón de escai negro que se pegaba a la piel, empezamos, al mismo tiempo, a sentirnos mal, como con fiebre. Mediaba el silencio, y las caras se iban desencajando por momentos. Allí, los dos, cada vez con peor cara, callados, pues era mejor no decir nada, era impensable perderse la excursión, aunque sólo fuera por las golosinas, por eso o porque la gente no pensara que tu mamá no te dejaba ir porque le daba miedo, que había madres para todo…
Pero cuando el cuerpo dice basta no hay excusas. Tras un rato ensimismado, cada uno mirando al suelo, tristes pues nos olíamos el pastel, Sergio decidió irse a casa, creo que ni me despedí, estaba enfadado con él, por enfermar, y conmigo al mismo tiempo, por lo mismo. A la mañana siguiente una llamada, era Sergio, que no iba, colgué sin escuchar excusas, me había quedado de un brochazo sin compañero de asiento, sin chucherías, pues se las llevó el indeseable el día anterior, y sin vergüenza, pues no tardé más de dos minutos en decidir que yo tampoco estaba en condiciones de ir a ningún lado, la dichosa fiebre, ya saben. Algún Dios inmisericorde que quiso darnos la vara aquel día de Mayo… y es que no hay que subestimar al destino, tan cruel como caprichoso.
Aquella fue, la historia de dos niños y una excursión que acabó en tragedia, a pesar de Don Paco, las chucherías, el lomo adobao, el autobús, la niña guapa y la madre que los parió…

lunes, 2 de febrero de 2009

Se acerca con pasos de plomo el final de este camino de penumbras, hoy pido permiso para aplazar mi terapia, obligaciones laborales, ya saben....