viernes, 28 de noviembre de 2008

jueves, 27 de noviembre de 2008

Raul...

Nació en provincia de artistas, no podía ser menos, donde mar y tierra se unen para dar a la historia el principio de todas las cosas. Al poco nos lo trajo el viento, sonriente, como vive, y nos fue regalando momentos sin esperar nada a cambio. No tuvo infancia fácil, o quizás la más sencilla de todas, amor y guerra entre cuatro paredes que cada vez sonaban más huecas.Sabrás de quien te hablo, es fácil. Con él gana el cariño, sin duda, pues solo tienes que escucharlo un momento, lo justo para descubrirte músculos de la cara que tenías olvidados. También lo notarás, por si aún no lo tienes claro, por esas lágrimas amables que te recorren la mejilla al ritmo de cada chascarrillo. Y después volverás a la calma, a ese mar de secretos y de verdades, ese que tanto nos reconforta y que tanto echo de menos. No aspires a amar su corazón, porque es indomable, excepto para unos pocos, entre los que me cuento, pero haz por pasar, al menos, al umbral de su alma, tan generosa como divertida, tan amable como bella, y conocerás mundos nuevos, dentros de tu mismo mundo, lugares, sensaciones, sentimientos, jamás imaginados. Y ya nunca olvidarás su nombre, compañero, porque hay huellas que no se van, hay mares que no saben borrarlas, arena de la buena. Caballero sin espada, rey sin corona, pintor sin lienzo, no tiene necesidad de herramientas para lo que el hace, sólo su mirada y cuatro palabras justas para hacerte feliz, aunque sea efímero, pero eterno en tus carnes...
El universo le debe disculpas, demasiadas, por permanecer indiferente a su ejemplo, el que propone con cada gesto, el que anima al más deprimido. Una deuda impagable la que tenemos los que lo conocemos, esa que jamás reclamará porque no sabe ni quiere.
Testigo de mis maldades y mis bondades, desde el principio de mis días, si de algo me jacto en este mundo, u otros si los hubiera, es de tener como amigo, como mejor amigo, a la mejor de las personas que he conocido, divina coincidencia, pero aún más divina amistad. Amigo, la distancia es mera anécdota,porque el viento, como antaño, volverá a juntarnos,lo juro, por mi espada, por la nuestra...

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Duros a cuatro pesetas...


Hoy incumpliré una promesa, o varias, según se mire. Pero puestos a ir al infierno o al purgatorio o donde Dios decida, prefiero ir por motivos de verdad, ganaditos bien a pulso. Hace tiempo le prometí a mi madre y a dos personas más que no insultaría a nadie en esta página. Una de esas dos personas, se reirán, fue un sacerdote que me confesó en víspera de exámenes de septiembre, por aquello de acudir a lo que sea para conseguir el aprobadillo, que no se me enfade el clero. La otra persona me lee a diario, me quiere y me respeta, a la vez que me soporta, lo cual no es plato de buen gusto, la vida del excéntrico, ya saben...
Pero basta de mareos literarios y explicaciones. Ayer recibí en el correo una publicidad de esas de tarjetas de crédito fáciles, sí, las "Blucard" o "Yellowcard" o las "Susmuertos People", esas que te dan 30000 napos del ala el mismo día, a la vez que te animan a que te vayas de viaje con la pasta, o para un coche, o para esa reformita que querías hacer en el cuarto de baño. Eso, tome el dinero y corra caballero, y con esto y un bizcocho, vida ideal y desahogada, al menos hasta mañana a las 8. Si, a las 8, tempranito, porque no tardarás mucho en repagar el favor que te hacen con la maravillosa "Greencard Love the World", pero, claro, ahora no deberás 30000, los cuales te has pulido en ponerle esos alerones guapos al buga y llevarte a la chorbi a Chipiona para tirarte el pegote, no, ahora debes el doble cariño,60000 leurillos, y a la voz de ya, que si no te mando un tio que te joda la vida y te meta en listas negras,allí donde habitan las malas personas.
A mi madre, a aquel sacerdote de turno y a la incondicional de mis momentos íntimos, Lo siento, ya os compensaré de otra manera por faltar a mi palabra, pero es que hay días en que el impulso resulta más poderoso que las buenas intenciones. Por eso,a los de las tarjetas fantásticas, Hijos de puta, Hijos de la grandísima puta. Y os lo digo libre de intereses...

martes, 25 de noviembre de 2008

Aquel vendedor de loterias...

Vaya por delante que no soy de comprar cupones de la ONCE, que no sé muy bien diferenciar la bonoloto de la primitiva, ni sé cuando es y dónde se cobra si es mucho. No soy un entendido del tema, ni de las maquinitas esas de los bares, que parecen una feria con tantos colorines,y rara vez echo ya la quiniela. Hace tiempo que perdí la fé en el juego. Ojalá no lea esto mi padre, que lleva echando la misma combinación veinte años, será lo único que yo juegue, cuando él falte.
Pero les pondré en verea, aquel día que les relato me rasqué el bolsillo y jugué gustoso, fue irremediable...
Junio del año 2000, 8 y media de la mañana, cafetería de la Facultad de Humanidades del Campus de Guajara de La Laguna. El que les habla se jugaba los cuartos y algo más minutos despues, tocaba el examen de selectividad, pongan sus cabecitas en situación. Casi ni acertabas a escribir bien tu nombre en folio sin renglones, se palpaba en el ambiente la sintonía de un juicio a muerte, y allí me encontraba, al final de la barra, con leche sola, fría, como la mañana, y a mi lado gentes, profesores de facultad emperchados, alumnos de quinto, de primero...
En esas que entra un señor mayor, con traje viejo pero limpio, corbata anudada a la antigua, un sombrero de esos de copla y un bastón de madera recia. Muy educado, casi midiendo cada paso, lo pude observar desde el principio.Iba despacio de mesa en mesa, sin molestar a nadie. Decía buenos días, aguardaba cinco segundos e iba a otra mesa. Algunos ni se molestaban en levantar la cabeza de la tostada. Al fin se detuvo a mi lado. Era un señor serio, agitanado. Me encantaron sus zapatos relucientes, lucía anillo grueso de oro en la mano con la que mostraba los cupones y llevaba el bigote recortado, muy formal. Cinco cigarros habanos asomaban por el bolsillo superior de su chaqueta. La estampa y las maneras resultaban irresistibles, así que dije: «Deme uno para hoy». Lo cortó solemne, cobró, me devolvió el cambio, se tocó el ala del sombrero y dijo: «Gracias, caballero». Luego se fue andando muy erguido y muy despacio. Impasible. Torero. Valía la pena recordarlo, si tocó o no lo que me vendió es lo de menos...me tocó disfrutarlo unos minutos, y eso fue para mí un gran premio...

lunes, 24 de noviembre de 2008

Frenos que frenan y alcaldes asustados...

Un Lunes más que se atraviesa como hueso de aceituna.La vida del pringao no es vida, al menos de Lunes a Jueves. Les contaré hoy la del Viernes. Caía la tarde, trabajaba en una casa palacio de esas modernas y señoriales, una de esas fiestas privadas donde el ego llega al cielo. Pero ese no es el tema. Iba pedaleando camino de Plaza Nueva, saboreando los aromas de esta ciudad en Otoño, ese olor a castañas que se impregna en los abrigos de anónimos personajes que alzan sus miradas a la altura de la Catedral, majestuosa. En esas que me encuentro enfrente del Ayuntamiento, donde, al parecer, estaban inaugurando algún tipo de obra escultórica que puedes visitar estos días. Evidentemente, donde hay una inauguración, hay un alcalde ávido de aplausos, pero yo no me percaté hasta que lo tuve a dos centímetros de mi rueda. Y es que me quedé embobado con la estatua central del conjunto, una reproducción del "Pensador" de Rodin preciosa, pude adivinar en cobre, con una luz que le daba trascendencia y grandeza. La muchedumbre se afanaba observándolo mientras yo, a una media distancia, hacía lo propio dejándome llevar por la inercia del pedaleo. Pero sucedió, al grito de ¡cuidado!, frené en seco mi montura y quedé a escasos centímetros de un pantalón liso de pinzas, de raya diplomática, al igual que la chaqueta, al igual que... la cara enfadada del alcalde de esta ciudad que me acoge.
Sus ojos se clavaron en los míos igual que los míos en los suyos, nos dirigimos una leve disculpa, a todo esto, él estaba en medio del carril bici, y seguí mi camino, el camino del pringao que va a echar horas por un sueldo mísero.
Y cai en la cuenta. Fue el "Pensador" el que me distrajo, fue la lucidez, la Verdad, la que quiso que atropellara al político, la ignorancia, lo siniestro, lo oscuro...
Pero en el último momento frené, justo al revés que ellos,pensé, que atropellan sin tan siquiera pedir una disculpa, aunque no la sientan de verdad, como la mía del viernes...malditos frenos de disco que frenan cuando frenas...

viernes, 21 de noviembre de 2008

jueves, 20 de noviembre de 2008

En la vida hay mantas y mantas. Están los que la llevan puesta todo el día, arriba, en la cabeza, y los que sólo la utilizan para caer en brazos de Morfeo, o, como mucho, en brazos de algún personaje, anónimo o no, homo o hetero, que eso le importan a sus bajos, que para eso son suyos. Estos son los que toca hoy...
El gesto de ternura es natural, sereno. Una mano acariciando la del otro casi con descuido. No furtiva, sino discreta. Los miro con atención y agrado. Es bueno que la gente se quiera, me digo. Son dos treintañeros correctísimos, el aire educado. Uno de ellos –el que acaricia la mano del otro–, muy bien parecido. Visten ropa deportiva pero buena, con un puntito de clase. El cabello lo llevan muy corto. Sobre la mesa, junto a los cafés y las tostadas, hay un libro cuyo título no alcanzo a distinguir y una guía turística de la ciudad. Hablan bajo, en francés, y observan a la gente que pasea por la Avenida, entre el Metrotren y la Catedral. Es la segunda pareja de homosexuales que vi ayer, y la duodécima, o así, en los tres días que llevo yendo al centro. Los he visto paseando por Santa Cruz, sentados en una cafeteria de la Constitución, siguiendo admirados y atentos, las evoluciones de los cantautores hippies que reunen gente en la calle. Gente mesurada, observo. Sin estridencias. Y eso me gusta. Una mariquita escandalosa incomoda tanto como un macho brutal y cervecero dando voces en la barra de un bar. Cosa de gustos. Se lo hago notar a Juan Carlos,más de Sevilla que la Giralda, mi compañero de fatigas en la facultad tantos años. Os estáis homosexualizando mucho por aquí, chaval, le digo. Aunque en plan bien. Cada año veo más parejas así. Gente agradable y guapa. O quizá guapa de puro agradable.Gente de verdad es lo que quiero, me da igual con quien se lien la manta, mientras no salgan a la calle con ella en la cabeza...

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Lo habrán escuchado seguro. Ocurrió en Madrid, el Viernes de madrugada, 3 porteros ciclados le dieron una paliza a un pijomentas borracho de 18 años al lado de una discoteca. El chaval llegó inerte al hospital y se procedió a la detención de los orangutanes de puerta a las pocas horas.
Porteros de Discoteca, vaya un trabajo. Ellos dirán lo de siempre, que si hay que aguantar a mucho tonto, que si la gente sabe mucho, que si la vida de noche es sacrificada... nada, minucias para el que sabe. Solo basta con decir "No entras" a cualquier pringao que no te guste la marca de camisa que gasta y listo. Van muy monos, eso sí, de traje fino y bufanda al cuello bien remangada, que para eso vivimos en un mundo de perchas. Mira, igualito que los políticos y directores de banco, pienso cada vez que frecuento algún local de moda, de traje por fuera y podridito de miseria por dentro, qué paradoja.
Y eso no lo es todo, están muy orgullosos de lo que son, de lo que representan y de lo que ganan, no sé, igual piensan que van a heredar el local...
En definitiva, estos matones venido a menos mataron el otro día a un chico. Que sí, seguro que era un pesado de tres al cuarto, pero al fin y al cabo un niño, empezando a vivir. Y eso que salga en la prensa, porque las palizas no venden periódicos.
Qué podemos esperar de una profesión en la que el coeficiente de inteligencia no pasa de la mínima exigida por la ONU para andar por la calle...Y ahora que salgan los "buenrollistas", que me digan que es que no todos son iguales y toda la pesca barata, pero si me tengo que jugar la vida para tomar una copa con mi pareja o mis amigos vengo, cada vez más, prefiriendo quedarme en mi propio local, mi casa, en el que el portero se llama Antonio, te da los buenos días, pregunta por la familia y hasta te baja la basura si le pillas de buenas...

martes, 18 de noviembre de 2008

El chascarrilo de los Martes toca. Me ocurrió hace años, en mi época de residencia de estudiantes. Algunos viernes tiraba para el pueblo por aquello de pasar un par de días en el remanso de tranquilidad que es mi casa en invierno. Poca cosa, unos futbolines con los amigos los viernes por la noche y el partido del canal sur los sábados, quedarte dormido en el braserito hasta tarde y amanecer a la hora del almuerzo. Pero iba a ser más divertido aquel fin de semana.
Para un estudiante hijo de trabajadores se hace difícil llegar a fin de mes, y aquel domingo 4 euros alumbraban mi bolsillo, lo justo para el autobús que me llevaría de vuelta a la ciudad. En aquellas que, esperando en la parada al final del pueblo, pensando en que algún alma caritativa podría recogerme y llevarme,el altísimo va y me oye y se para a mi altura un coche de esos de 9 plazas con un señor que me preguntaba que si iba para Sevilla. A Dios gracias, 4 euros que me ahorraba. Aquel hombre, seguramente amigo de mis padres, pensé, era consciente de la dura vida académica y estaba dispuesto a aliviar mi raquítico bolsillo por una vez. Dios lo tenga en su gloria, pensaba mientras metía en el maletero mis dos mochilas viejas...
Pero no iba a ser tan fácil. Me senté al lado del conductor, claro, íbamos sólos, pero el hombre de gafas de sol y pelo cano me dijo que no, que me pusiera atrás del todo, que iba a ir más cómodo. Era un coche de esos de 9 plazas en 3 filas, y yo en la última, intentando dar conversación al buen hombre, aunque un poco extrañado por lo de hacerme sentar tan lejos y no hacer mucho caso a mi conversación.
Y llegamos al siguiente pueblo, se bajó del coche y ayudó a dos señoras a sentarlas al lado mía. "Gente que tenía que recoger", dijo, y yo lo miraba admirado de su buen hacer, no quedaban personas como él, pensé.
Y así en cada pueblo hasta rellenar las 9 plazas, mujeres mayores que iban al médico, estudiantes de primero, embarazadas en avanzada gestación... y mi asombro llegaba al cielo.
Y ocurrió, señores, llegamos a Sevilla, paró el coche a un lado y todo el mundo bajó sus cosas. Hicieron todos un corrillo, como despidiéndose, que recuerdo que pensé, será una especie de tradición darse un abrazo o algo, en plan "somos buena gente y nos queremos", y, claro, cojí yo muy educado y me acerqué al corrillo para darle las gracias al hombre por el favor que me había hecho por ahorrarme los 4 eurillos que me darían para desayunar como Dios manda...
Y ahí estaba yo, dando gracias al buen señor, cuando, seguramente, el tío se dio cuenta de que yo no sabía que el servicio no era, precisamente, gratuito, cuando me espetó: "De nada, de nada, pero que son cuatro euros...como el autobús".
Me puse de mil colores, pero salí airoso, como siempre, pagué mis cuatro euros y me perdí por las calles que llevan al centro con la verguenza de un incauto.
La misma noche hablé con mi madre del caso y, mientras ella se mondaba de risa, me explicó que se trataba del denominado "taxista pirata", fenómeno que se daba mucho en los 70 y 80, por lo visto, y que se trataba de eso, de un tío que hacía el "agosto" llevando y trayendo gente de algún lugar.
Total, que aquel día, fui cómplice de un delincuente al que le dí las gracias y al que dediqué la mejor de mis sonrisas, creí en la bondad pura de las personas durante una hora aproximadamente, me jugué la vida en coche ajeno y manos ajenas, y, sobre todo, me quedé sin mis cuatro euros...

lunes, 17 de noviembre de 2008

Un Lunes más para incluirlo en la lista de los días que jamás pasarán a la historia. Y es que días así me gusta ser ácido, no se acerquen mucho por si acaso les pilla algo de mi mala neura. No, no se preocupen, compañeros pagadores de impuestos y coleccionistas de madrugones indecentes, hoy repartiré estopa al que lo merece, al que igual que tú madruga pero al que Dios sí que le ayuda, ese para quien los dichos se cumplen y llega al día veinte de cada mes con más que mucho.
Este finde se reunieron los líderes mundiales en el país yanki, el llamado G20, que engloba a los países más ricos del mundo, para buscar soluciones a la crisis económica mundial, el famoso "plan de rescate" de bancos y financieras. Y se les ve que salen de la reunión bien contentos, seguros de sí mismo, con la seguridad de haber encontrado la pócima maravillosa que salvará lo insalvable. Es para estar contento, son unas buenas dietas las que deben pagarle a cada ministrillo por marear la perdiz en idioma extranjero, y se tiene que comer bien, por fuerza, aún siendo país de infame gastronomía.
No sueñen caballeros, señoritas, o quien leches tenga por asomarse a esta ventana libre. No han arreglado nada, no porque no anden dispuestos a hacerlo , que ya es mucho suponer, sino porque no saben donde está la herida de verdad.
Hoy, en Estados Unidos, no hablaré del tercer mundo, 33 millones de personas viven con menos de un euro al día, sin dignidad ni para mirarse a los ojos. La misma proporción en España. Y tienen que ver a estos señores por la tele con sus amplias sonrisas decidiendo para y por los ricos, culpables de nuestra desgracia.Gente que decide, ¿dónde está el Plan de Rescate para los pobres de solemnidad, que son los que, a buen seguro, más lo necesitan?. Claro, ahora entiendo las siglas G20...

viernes, 14 de noviembre de 2008





Una semana más que se marcha, que caerá en el saco de las semanas olvidadas de tu existencia. Días que se repiten. Necesitamos cambiar nuestra forma de vida para que esto tenga sentido. Así no compensa, qué mal nos lo hemos montado...
Pero alegren sus corazones y alcen sus copas, que es fin de semana, y no está la cosa como para ir desaprovechando ocasiones para ser, al menos, un poquito más feliz.
Esta semana ha sido realmente emocionante para mí en este humilde apartado tan personal como público.... Yo sí que la recordaré por mucho tiempo.Gracias...

jueves, 13 de noviembre de 2008


Jamás les conté el relato de mi estancia en el infierno. Puedo recordar los detalles como si aún las brasas recorrierran mi cuerpo magullado. Puedo recrearlo, por vosotros, que sois legión fiel a mis letras cargadas de vida. Acercaos a esta orilla, al menos hoy, quizás os suene...
Estuve en varias ocasiones en ese lugar del que no se suele volver, siempre a finales de Agosto, cuando el calor sofocante se convierte en brisa húmeda y los días dejan de ser eternos. Iba acompañado de mi familia, pero cada uno viviendo su propia maldición, la que se repetía y para la que nunca estábas preparado.
Despertabas con la lágrima en el párpado gritando venganza contra el destino, aún retumbaban en tus oídos los ecos de una vida mejor, la que dejabas por mucho tiempo. Y sólo tú con el mundo testigo de tu desdicha, los minutos antes eran insoportables. Observabas como si fueras a volver, una y otra vez, los juguetes rotos, la bicicleta que te paseó por caminos mágicos, la plaza en la que aprendiste a vivir, a sentir, el panadero que cada mañana te daba los buenos días, el campanario que avisaba del paso del tiempo... Y repetía cada movimiento, como buscando fórmulas de otra dimensión para prolongar un segundo más tu vida de verdad, esa que ya moría.
Y como si de un funeral se tratase, recogías los últimos recados, despedías a tus seres queridos, alzabas una última mirada al viento, y cerrabas fuerte los ojos para hacer el viaje más difícil de tus días. Ahí se encuentra el infierno caballeros, al menos el mío, en el camino que va desde la Iglesia de las Angustias hasta enfilar la Autovía hacia Cádiz. Cuatro kilómetros que me conocía de memoría, paraíso en días anteriores, ahora se convierte en el peor lugar del mundo. Un Verano más que se acababa, pero no sólo eso. Allí, en esos cuatro kilómetros, yacían ya hasta el año siguiente ilusiones y recuerdos de los que llenan, de los que marcan. Lo que hoy soy, lo que hoy escribo, se lo debo, en gran parte, a ese infierno de sólo cuatro kilómetros, pero tan eterno.... que aún quema.

miércoles, 12 de noviembre de 2008


Este mundo tiene solución. Un tsunami de mil pares que empiece por las costas de Cádiz y amanse a la altura del Cabo de Ajo, buenos y malos revolcados en lodo. Es la única manera, empezar de cero.
Hoy viniendo al trabajo en bici, como siempre, me han insultado tres veces. La primera ha sido un señor mayor, se ha asustado al pasarle al lado por el carril bici y me ha espetado un -"subnormal" de los que hacen época. Y se ha quedado tan ancho. No he querido ni volver la cara por aquello del respeto a las personas mayores.
El segundo ha sido en un semáforo, he pasado cerca de su retrovisor y el tío se ha dado el susto padre. Nada, este hombre simplemente se ha cagado en "tos" mis muertos y ha seguido su camino.
El tercero ha sido casi llegando. Había un hombre en la mediana de 4 carriles en medio de una gran avenida, jugándose literalmente la vida. Y yo que iba adelantando el tráfico pesado de primera hora he pasado rozándole la chaqueta, por lo que se ha acordado de mi madre y del más antiguo oficio.
Y aparcas la bici, con un frío que pela, sin un duro en el bolsillo, perdiendo la dignidad a cada paso por un sueldo que no compensa, con barba de tres días y ninguna gana de hacer nada por nadie.
Este mundo está enfermo, sólo me queda el consuelo, el consuelo de sentirme diferente, y la esperanza, la esperanza de que llegue pronto el ansiado tsunami...

lunes, 10 de noviembre de 2008

Hoy no esperen versos en prosa. No está el horno para bollos ni la nevera para leches. Otro Lunes del mismo color asoma por mi ventana, sin preguntar, oye, y llega para quedarse. La mala educación de los Lunes me fastidia. Y tengo que leer, mientras Antonio me pone la tostada a 2,20, en un periódico de esos que te regalan, que una buena planificación del fin de semana, con su ejercicio matutino y secuestro indiscriminado de azúcares confitados hace que sobrevivamos mejor a una larga semana de trabajos y demás "penalidades". Y a mi casi que me parece una broma macabra. Según éste columnista olvidado, los Domingos cojo y me levanto a las 8, con la fresca, y me voy al parque a hacer unos abdominales, series de 20, seguiditos y sin trampas, después corro alrededor de la fuente de los patos durante 45 minutos, porque si haces menos no gastas calorías. Estiras un poco y unos veinte minutitos de anaeróbico, que a saber lo que es... y te tiras pa´ casa, sudadito y con unas ganas que llegue el Lunes que no veas.
Será eso, será que estuve todo el finde en el sofá viendo deportes y hartándome a dulces, será que me levante a las 2 de la tarde y me quedé dormido viendo películas hasta las tantas. Será eso por lo que hoy estoy amargado...claro. Mierda de periódicos gratuitos...

jueves, 6 de noviembre de 2008


No heredé su pintura. No me regaló su destreza con la acuarela, pero me sería fácil dibujar su alma. Una vida sobre la mía, espejo de mis actos, la biblia de mi genética. Hablar de ella es como describir el suave mordisco de una fruta fresca, como tocar el aire y besar el mar. Inabarcable en belleza, la sabiduría de un anciano, el altruismo de un misionero. Tantos adjetivos que se quedan cortos, cortos cuando una simple mirada haría justicia a tantas palabras incompletas de contenido.
La más digna, la más trabajadora. Siendo aún muy niña juró vida eterna con el amor de su vida. Aún hoy enamorada, sus ojos asoman penumbras cuando él marcha cada domingo en la madrugada, la misma desdicha, domingo tras domingo...
Sus hijos, su verdadero tesoro. Su lucha, la venganza ante una vida que no dejó de poner a prueba. Ejemplo de ejemplos.
Y fuimos creciendo, pero sé que ella aún quisiera mecernos entre sus brazos, alejarnos de cualquier peligro, tan humano como maravilloso.
Agradecerle en una líneas, labor de labores. Tanta poesía en movimiento, tanta luz reencarnada, el coraje de un guerrero, la destreza de un orfebre, hulmidad entre humildades....
Tantas pinceladas en un sólo lienzo, tantas historias incontables, tanto amor .... Ella me dio la vida, y me la sigue dando, con cada sonrisa que regala al mundo.

Feliz cumpleaños Madre...

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Hoy me ha ocurrido un hecho insólito. Me he despertado, temprano, he puesto el calefactor, que cada vez calienta menos, me he vestido, parsimonioso, como cada mañana, me he lavado los dientes y ... -"Válgame Dios", aparecía borroso ante el espejo. Al principio, la duda, "-Será el vaho del agua caliente." Después, media sonrisa, "Será mi vista miope de esta hora indespectiva". Pero cada hipótesis se venía abajo, limpié el espejo, me puse las gafas, y aún así seguía estando borroso. Allí, con el cepillo entre los dientes, embobado, sin verme los bordes de la cara, las lineas de la camisa, todo difuminado, pero solamente yo, no todo lo demás. Miré por la ventana, un día maravilloso, divisaba perfectamente pájaros en el parque, niños en el patio del colegio. Volví la cara a mis libros, apuntes de una asignatura olvidada, todo legible, mejor que nunca. Creí estar dormido, miré el reloj, ví que se hacía tarde y corrí hacia la puerta con gesto torcido ante tan horrible alucinación. Salí del aparcamiento y llegué al trabajo. Ya había olvidado tan graciosa visión de la mañana cuando saludé a mi compañero, el cual hizo el acostumbrado aspaviento. Pero se quedó absorto esta vez en mi imagen. Sólo supo espetarme ..."estás borroso". Caí en la cuenta y corrí al baño, "Dios mio...", seguía sin poderme ver, como un bulto difuminado que respiraba y andaba. Sin encontrar explicación, aguanté burlas y cachondeos y acabé mi jornada laboral. Ya en la calle los niños se reían, los perros me olían los talones, las mujeres susurraban, y yo, muy digno, con paso firme, dirección a mi facultad, donde las risas eran incontenibles. La biblioteca, un clamor, la cafetería, una fiesta. Y yo con mi café, muy entero, sorbo a sorbo, consciente de mi situación pero convencido de mi suerte. Era, desde luego, muy diferente de los demás.  Un día horrible, pensarán. Nada más lejos de la realidad. En mi día encontré, sí, los que se rieron de mí, los que se burlaron, los desagradecidos que me insultaron, los que simplemente pasaron... Pero también me encontré los que me preguntaron, los que se preocuparon, los que, incluso, me admiraron, los compasivos, los agradecidos que me pusieron la mano en la espalda...
Ahora hagan el esfuerzo y piensen en la gente diferente, en cómo los tratamos y cómo nos comportamos con ellos solamente por la fachada que pasean.
Lo de esta mañana me lo he inventado, no amanecí borroso, pero mañana, como cada día, me levantaré sintiéndome diferente... y serán pocos los que me dediquen una sonrisa. Igual es que es verdad que los demás me ven borroso....

martes, 4 de noviembre de 2008

Llevo varios días sin inspiración, como muerto andante con pocas sonrisas en el alma, dando pasos, sin ser en falso, pero demasiado previsibles. Adornar mi alrededor de esperanzas no se hace mi fuerte y olvido el significado de la palabra ilusión. No sé muy bien qué me lleva a esta situación, no sé si serán los días, siempre iguales, que se repiten como el gazpacho, o será el mundo, que parece autista a los sentimientos de verdad. 
Cruel destino, que te devuelve la moneda. Todas las cosas que un día creí vanas en contenido, no sé, la espiritualidad, el amor, el arte, la compasión, el altruismo... ahora las creo imprescindibles para dar sentido a este sinsentido que habitamos. Y me agarro bien fuerte buscando disculparme con una conciencia que se contradice a cada paso. Curiosa esta vida...
Una vida tan gris en la que somos protagonistas, teniendo, al menos, la posibilidad de colorear existencias de tonos pastel. "Podemos cambiar el mundo", pero sólo si queremos, claro. 

lunes, 3 de noviembre de 2008



Situen sus cabecitas, compañeros. Estados Unidos vive mañana una jornada de Elecciones que puede cambiar la historia, para bien. El predicador Obama, tan criticado por sus tendencias izquierdistas se enfrenta a la nación que guarda la esencia del consevadurismo. El país que da cobijo a los ricos más ricos pero que a la vez huele a pobre. El lugar donde el 12 % es pobre de solemnidad, es decir, si lo prefieren, 35 millones de personas bajo el umbral de la pobreza, sobreviven en la inmundicia testigos mudos de un mundo cada vez más injusto. Obama promete dignidad y reparto de riquezas. Me apunto a su plan, tendría mi voto porque me convence. Me levantaría un Domingo de buena gana si mi voto apoya esas ideas. Espero que gane....
Mientras tanto, aquí, en nuestra querida España de la pandereta y el pelotazo, supervivimos sin Obamas salvadores, y los que hay no pasan de ser concejales sin escaño o, como mucho, alcaldes de pueblos de medio pelo... y es que nuestro país no está atrasado, está retrasado....