domingo, 16 de mayo de 2010

Día 7. Andújar. Murallas y silencio...

Dejaba Bailén pisando terrenos de batalla, repitiéndome palabras de ánimo ante la dura travesía que hoy tocaba. Muchos kilómetros por delante y la sensación humana de cansancio desde que enfilaba el antiguo camino nazarí hacia Andújar. Y silencio, pero ese silencio melancólico de los campos de nuestra Andalucía que hace por deleitarnos si ponemos atención a los detalles. Entre olivos centenarios me encontré esta mañana, cruzando un río al que no le pierdo de vista ni quiero, al menos hasta que muera en el vasto océano y yo me bañe en sus últimos suspiros de agonía. Me miran a mi paso labriegos extrañados, de tez morena y manos curtidas, más aún cuando perciben en mi cara una sonrisa, siendo habitual que me ofrezcan agua y chacina cuando tengo a bien preguntarles por mi senda y su destino.

Tras una verea sinuosa llegué a Andújar, de ascendencia romana y mora, como susurran sus murallas de otra época, pareciendo alzarse entre las colinas para guardar la fe de sus habitantes. Se puede oir todavía, caminando por su judería, los poemas de amores furtivos que rezaron a la sombra de una mezquita por ansiar un futuro halagüeño. El olor a jazmín y el campanar de Santa María hace el resto, elevarte a época de mercaderes, creerte dueño de turbante y mezclarse con el pópulo para buscarse la vida. Emociona pisar calles con tanta historia, remozadas por vergeles de flores en los balcones, y ese agua cayendo paciente, en idílicos rinconcitos de arte...

Iliturgi se me escapa, pero aún más sus gentes, amables al trato y de simpático acento, dando color al domingo, entre risas y niños correteando tras una pelota. Saben lo que tienen y se les nota, y eso me gusta hasta el extremo. Admiro los pueblos que se admiran, pues el amor empieza por uno mismo, y eso les hace reconocerse ante el mundo con orgullo, embelesando a visitantes y peregrinos, que quedan absortos por tanta belleza.

Se me acaban los pueblos de Jaén, perlas de la campiña. Mañana entro en Montoro, que ya es de Córdoba, y me llevo conmigo bellos recuerdos y sensaciones, de una gente humilde y trabajadora, sencillos a la par que humanos, una provincia que me ha acogido con cariño, y que ya por siempre será punto de partida y de encuentro, tanto de mí mismo como de aquellos que se atrevan a conocerse perdiéndose por sus caminos y murallas. Y aunque pasen mil años, aunque cien siglos vinieran, no conocerán verso que les diga tanto, por mucho que anden buscando, no más que el hermoso silencio de esta santa tierra, el silencio de sus caminos y el de sus murallas, paraísos de otro tiempo que se nos ha legado para enamorarnos de nuevo en cada esquina...

Fotos y videos de hoy pinchando abajo...
http://www.flickr.com/photos/50063804@N06/sets/

6 comentarios:

CDI_RSH dijo...

Te vemos bien, con ganas de más e ilusión. Hoy encima con tiempo y relajado para ver futbol, como auqellos tiempos en cafeteria. Un abrazo.

Anónimo dijo...

emocionante. lo que has escrito hoy esta al alcance de muy pocos. lauraV.

Mariló dijo...

yo no digo que no sea bonito lo que estás viendo y viviendo cada día,pero con todo no le llega ni a la mitad de lo bien que nos lo cuentas. Cuánta emoción!.
Muchas gracias.
Un beso muy fuerte.

Tita Inma dijo...

Me alegro que estés bien de fuerzas y ánimo. Estamos viviendo nosotros también una aventura. Gracias

águeda dijo...

ánimo y a seguir!! te seguimos!! un beso

Virginia dijo...

Peregrino... ya estás cerquita de Córdoba, ya queda un poquito menos para que estés por aquí con nosotros, que se te echa de menos!!! besos y sigue haciéndote de historias para poder contarnos...