martes, 14 de julio de 2009

Tomen ejemplo...

Entre los genios que se van y los mediocres que se quedan, uno tiene la sensación de estar navegando a la deriva entre veleros de mucha eslora pero limitados de vela. Muy de cuando en cuando, en ese canal de televisión marginado que es la 2 de Televisión Española, proyectan un documental sobre Marinaleda, milagro entre los milagros. Ya les he hablado mil veces del asunto. Un pueblo de Sevilla de unos dos mil habitantes, con mucho campo aunque pocos recursos, pero con unos habitantes que siguen a su líder ciegamente, el alcalde Sánchez Gordillo, defensor de las igualdades sociales y unos derechos básicos inalienables. Nada de grandezas, simplemente una vivienda, un trabajo digno, unos servicios comunes…

No les hablo de grandes utopías, sólo de artículos recogidos por los Derechos Humanos universales que no se llevan a cabo en la mayoría de la geografía de éste nuestro país, pero que en ese pueblo cobran forma y se materializan…

Y yo, que siempre ando comparando, miro hacia mi pueblo, Villarrasa, y caigo en la cuenta de que alguien nos anda engañando. No me trago que un terreno de cien metros cuadrados pueda valer 20 kilos, no me creo que los jóvenes sean los malos de la película, no me cabe en la cabeza cómo pueden permitir decenas de casas vacías cuando hay muchas familias que no tienen donde caerse muerto. Más si cabe con un ejemplo como Marinaleda ante las narices…

Nunca fui de medias tintas, y tampoco de creer en la mala fe de algunos a las primeras de cambio, pero no dudaré un segundo en empuñar mi pluma y mi espada si advierto aprovechados y mentirosos. Mis obligaciones me impiden ahondar más en el tema, pero desde la distancia permaneceré latente y observador. Y es que, cuando vuelvo a mi pueblo, arden mis carnes al comprobar que todo sigue igual, pero peor, porque el paso del tiempo tendría que hacer mejorar a quien lo merece, por más que se empeñen en lo contrario algunos que dicen ser fieles al progreso pero que olvidan al más necesitado de oportunidades fuera del periodo electoral...

Siento mi desvergüenza, pero en eso consiste una terapia, en vomitar los sinsabores que recorren unas tragaderas hartas de tanta mentira, en gritar justicia cuando mi corazón percibe una desidia que, lejos de enrabietarme, me entristece, y es por eso que no cesaré en mi empeño de sacudirlos de vez en cuando para que espabilen, por el bien de todos...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola kike, me gusta como escribes, hace tiempo que no sabia de ti y de casualidad he llegado al blog. no lo dejes. besos.jessica de la facu

TITA INMA dijo...

Anima a los jóvenes de tu alrededor a que hagan exigencias públicas y directas al Alcalde, que deben saber que los jóvenes "NO PASAN". TITA INMA

Anónimo dijo...

el cambio es posible en el pueblo, de eso estoy segura. solo hace falta que lo llevemos a cabo y luchemos. Dales caña kike!