miércoles, 8 de julio de 2009

Redenciones a destiempo...

Estoy ante la televisión en esta tarde veraniega observando las muestras de cariño al mítico Rey del Pop, tan criticado por sus extravagancias relacionadas con su vida privada. Y uno cae en la cuenta de la inmunidad de la que gozan los verdaderos genios que han pisado la humanidad, y se me viene a la cabeza la historia de Chaplin, de quien se decía que no tenía ni un sólo amigo por su mal carácter, o su matrimonio más que sospechoso con una niña de 17 años cuando él contaba 54 primaveras…

O el excelso Dalí, que se levantaba de la cama cada mañana preguntándose qué genial obra saldría de sus propias manos en ese día, haciendo gala de un egocentrismo fuera de lo común, además de reconocer un exacerbado odio a los mediocres que le rodeaban… Por no hablar de Shakespeare, que ordenó de puño y letra el asesinato de su rival literario Marlowe, según rumores bastante contrastados. O el mismo Einstein, misógino sin remedio, que terminó por decir en una conferencia que una mujer jamás tendría la inteligencia de un hombre, ante la incredulidad y enfado de toda su audiencia. Ya ven, excentricidades que hicieron correr ríos de tinta y que hoy son referencias olvidadas a pie de página, sin más...

Son muchos los casos de genios que llevan una vida desordenada y desesperante. Quizás exista un gen determinante de todo eso, un maldito cromosoma que especifique que las grandes obras de éste universo las ejecuten personas incomprendidas para el prójimo en su misma época, siendo el tiempo el único antídoto para dejar de lado prejuicios y envidias y así poder disfrutarlas como es debido...

Por eso hoy me anima comprobar cómo los humanos de a pie, esos que no vemos más allá de lo que observan nuestros ojos, de cuando en cuando y si no caemos en la abnegación, llegamos a atisbar, aunque muy de lejos, el brillo de una obra que no merece ser saboreada por paladares acostumbrados a morder el polvo de lo cotidiano. Y es que menos es nada…

Mis respetos a los que viven abrazado al arte y mueren en soledad, como parece el caso. Los años y el olvido terminarán por darle la razón, no me cabe la menor duda, porque las verdaderas redenciones siempre llegan, para los genios como él, a destiempo, mas no habrá nadie ya para pedir disculpas, pero es que ya sabemos, amigo, como se las gastan en este cruel infierno...

9 comentarios:

TITA INMA dijo...

Creo que el caso de Mickel J. es el típico para colgarle el refrán que tanto en los pueblos se dice" ENTRE TODOS LO MATARON Y ÉL SÓLO SE MURIÓ". Tita Inma

Mariló dijo...

muy buena reflexión la de hoy.

Anónimo dijo...

brutal el final.tienes tanta razon.

Anónimo dijo...

muy bueno kike. esperaba ansiosa que volvieras a escribir. La semana se hace mas corta.:)

Anónimo dijo...

enhorabuena por lo de hoy. muy buena critica. saludos amigo

marina dijo...

genial

Anónimo dijo...

La produción y obra de un artista, sea del ramo que sea, no tiene porque estar reñida con su vida particular. De hecho son muchos mas los personajes históricos sobresalientes que han tenido una vida privada llena de sensatez y normalidad. No obstante, gestionar la fama es complicado y suele dañar la normal evolución de la propia personalidad, entre otras cosas porque la privacidad se ve mermada terriblemente.

Anónimo dijo...

la verdad es que no debe ser facil perder la privacidad por mucho exito y dinero que tengas. hay gente debil

Anónimo dijo...

Que descanse en paz este genio...

María VO