martes, 24 de marzo de 2009

Todo por nada...

Tenían que verlo, tan digno, envuelto en una manta gruesa de pelillos, desafiando al frío y a las miradas de anónimos transeúntes dirigiéndose a sus lugares de trabajo. Vestía chaleco deshilachado para resguardar su cuerpecito débil de la escarcha matutina. Hambriento de verdades y justicia, veía amanecer un día más en su cruel vida con el estómago vacío y el corazón solitario. Muy de vez en cuando alguna de esas sombras que le rozaban la pelambrera se agachaba a contemplarle en el despropósito y él, recio, aguantaba miradas sin miedo a perder vergüenzas ni humildades. Jamás exigió nada, no conoció más bocado que el amargo, pero no dudó un segundo, nunca, en devolver a su amo todo el cariño y la lealtad que un día quiso ver en los ojos de un hombre golpeado por el devenir ambiguo de éste precipicio sin fondo que viene siendo la existencia. Y todo, aprendan del chucho, sin pedir ni una triste galleta a cambio…

6 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya giro de relato!!!! me ha encantado.ana

Anónimo dijo...

¿porque siento un escalofrio cada vez que te leo? me parecen muy bueno lo que escribes y como lo escribes, ese estilo tan especial que jamas vi antes. marina.

Anónimo dijo...

pensaba que hablabas del hombre!!!!!! que bonito. no dejes de escribir amigo

Anónimo dijo...

Precioso el relato de hoy kike, nos has engañado a todos/as, hablabas del perro, que bueno y qué verdad!Algún día, cuando te estabilices un poco más, tienes que venir a mi asociación y adoptar a uno de ellos, no te arrepentirás porque será fiel a ti durante toda su vida, seguro!
María Vázquez

Anónimo dijo...

ya sabes que mi perro tendria que ser totalmente autosuficiente para poder convivir conmigo. jejeje. algun dia...

Anónimo dijo...

Seguro que será el perro más digno de la creación.y aprenderá como tu lo haces a ser autosuficiente.Me ha encantado tu relato.un besazo.