miércoles, 5 de noviembre de 2008

Hoy me ha ocurrido un hecho insólito. Me he despertado, temprano, he puesto el calefactor, que cada vez calienta menos, me he vestido, parsimonioso, como cada mañana, me he lavado los dientes y ... -"Válgame Dios", aparecía borroso ante el espejo. Al principio, la duda, "-Será el vaho del agua caliente." Después, media sonrisa, "Será mi vista miope de esta hora indespectiva". Pero cada hipótesis se venía abajo, limpié el espejo, me puse las gafas, y aún así seguía estando borroso. Allí, con el cepillo entre los dientes, embobado, sin verme los bordes de la cara, las lineas de la camisa, todo difuminado, pero solamente yo, no todo lo demás. Miré por la ventana, un día maravilloso, divisaba perfectamente pájaros en el parque, niños en el patio del colegio. Volví la cara a mis libros, apuntes de una asignatura olvidada, todo legible, mejor que nunca. Creí estar dormido, miré el reloj, ví que se hacía tarde y corrí hacia la puerta con gesto torcido ante tan horrible alucinación. Salí del aparcamiento y llegué al trabajo. Ya había olvidado tan graciosa visión de la mañana cuando saludé a mi compañero, el cual hizo el acostumbrado aspaviento. Pero se quedó absorto esta vez en mi imagen. Sólo supo espetarme ..."estás borroso". Caí en la cuenta y corrí al baño, "Dios mio...", seguía sin poderme ver, como un bulto difuminado que respiraba y andaba. Sin encontrar explicación, aguanté burlas y cachondeos y acabé mi jornada laboral. Ya en la calle los niños se reían, los perros me olían los talones, las mujeres susurraban, y yo, muy digno, con paso firme, dirección a mi facultad, donde las risas eran incontenibles. La biblioteca, un clamor, la cafetería, una fiesta. Y yo con mi café, muy entero, sorbo a sorbo, consciente de mi situación pero convencido de mi suerte. Era, desde luego, muy diferente de los demás.  Un día horrible, pensarán. Nada más lejos de la realidad. En mi día encontré, sí, los que se rieron de mí, los que se burlaron, los desagradecidos que me insultaron, los que simplemente pasaron... Pero también me encontré los que me preguntaron, los que se preocuparon, los que, incluso, me admiraron, los compasivos, los agradecidos que me pusieron la mano en la espalda...
Ahora hagan el esfuerzo y piensen en la gente diferente, en cómo los tratamos y cómo nos comportamos con ellos solamente por la fachada que pasean.
Lo de esta mañana me lo he inventado, no amanecí borroso, pero mañana, como cada día, me levantaré sintiéndome diferente... y serán pocos los que me dediquen una sonrisa. Igual es que es verdad que los demás me ven borroso....

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me paso a saludarte en la noche, un abrazo. Tomé

Anónimo dijo...

que susto! menos mal que lo aclaras al final.con lo desastre que eres pense que te habias dormido y se te habia quedado una lentilla incrustada en el ojo.Me ha gustado.Un beso Mariló.

Anónimo dijo...

siento que eres como mi alma gemela.
un beso.