martes, 1 de abril de 2008


Y la cosa es que estoy orgulloso de los pocos que tengo a mi lado, soportan la persona que soy, merecen mucho más que una mención en una pagina del mundo "virtual", y su honradez no tiene límites... Entonces ves al final de la barra un periódico con los titulares llenos de esa otra España virtual, divorciada de la real. De ese zoco moruno de golfos encorbatados y sin encorbatar que te agría la leche, quieras o no quieras, a cada paso que das en este país desgraciado que tan mala suerte tiene. Y piensas: hay que ver. Tanto sinvergüenza donde siempre, que para eso no pasa el tiempo. Tanto oportunista, tanto demagogo, tanto cretino arrogante, tanto analfabeto, tanto insolidario, tanto irresponsable gobernando u oponiéndose, turnándose en la infamia desde hace siglos. Devolviéndonos al pozo cada vez que estamos a punto de sacar dignamente la cabeza, y lavándose luego las manos diciendo yo no sabía, no era mi intención, yo sólo pasaba por ahí.
De pronto echas un vistazo alrededor, miras los caretos honrados que tienes cerca, te asomas la calle y piensas, "pobre de nosotros", y, sin embargo, es lo único que queda con dignidad en esta tierra...

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