lunes, 20 de julio de 2009

Volverán a buscarme...

“…Volverán a buscarme… porque les he escuchado llorar hace un segundo, por toda una vida que llevamos juntos… Volverán a buscarme, de aquí no me muevo, por más que el sol caiga a plomo y la gente me mire con tristeza… Vendrán para abrazarme, para jugar como siempre, no pienso inquietarme… porque volverán a buscarme… y borraremos de la memoria el descuido, por mucho que ahora tiemble mi estómago de hambre, por más que me grite mi conciencia… Volverán a buscarme… porque me gusta verme rodeado por ellos, porque un despiste lo tiene cualquiera... y yo quiero perdonarles… Volverán para amarme, por tantas noches durmiendo a su lado, por soportar rabietas y caricias… No me moveré hasta que no aparezcan, porque lo harán, estoy convencido, por las miles de sonrisas que compartimos, porque éste calor me está matando y nadie se acerca a preocuparse… volverán, estoy seguro, porque no creo en todas esas historias de perros olvidados en cualquier parte, porque prefiero morir en una cuneta a permanecer sólo… Volverán, aunque sólo sea por los niños, por dignidad, por caridad, por lo que más quieran… Me han engañado...

Ya no quiero seguir respirando, me han dejado en ésta gasolinera, a pesar de todo… y, aún así, los echaré de menos…porque ya no volverán a buscarme, aunque cien veces me repita, pero aún conservo sus recuerdos y sus gestos, suficientes para emprender mi último viaje, allí, donde nadie es abandonado, en el cielo de los animales… “


jueves, 16 de julio de 2009

Un día en la Selva...

Están los guepardos, rápidos y temibles, con sus garras afiladas a la espera de cualquier presa inadvertida. Jamás los verás de frente. Llegan sin avisar, pero cuando menos esperas los tienes echando su aliento en tu hocico mientras huyes despavorido, y sólo consigues, como mucho, apartarte para que enfile a otro desgraciado de patas cortas y lento reflejo. Después te encuentras a los antílopes, veloces y traicioneros, siempre a la espera del menor descuido para acecharte. Salen de la nada, su perfil fino les permite descubrir huecos donde nunca los hubo, y eso les hace peligrosos, a no ser que tengas mil ojos en la espalda… Intentas manejarte en tu senda, pero sólo haces atisbar movimiento y dejas de existir de la presencia de nadie. El silencio es sospechoso, la paz tenebrosa. En segundos puedes destapar amenazas jamás imaginadas, tantas veces vistas lejos pero tan cercanas… y no haces sino estar alerta a cada susurro, por más que la calma reine en tu camino. El Sol es testigo de tanto desencuentro, cómplice de los que aprovechan las sombras para dar caza, juez implacable de los que yacen en el desierto… Es lo que tiene la jungla, muerte a la vuelta de la esquina, lamentos en cada ladera, pero de cuando en cuando aparece un oasis en medio de la nada y refrescas un rostro curtido de tanto perseguir y ser perseguido. Pero las treguas acaban y la lucha comienza de nuevo, hasta el próximo oasis, quizás el definitivo, y sueñas con abundancias y descanso, con cariño y aprecio, pero tornas al instante a la pesadilla y aprietas el puño, por el bien de tus fauces… Y entre tanto, acto reflejo de tus músculos, en la lejanía del horizonte divisas un elefante, de esos enormes e inofensivos, y corriendo quedas a su sombra, aliviado de tanta soledad bajo el mismo cielo, confiando en que sus pasos te lleven a casa, la de los sueños y las abundancias, hasta el día que toque de nuevo salir en la espesura y jugarse los cuartos con alimañas de cuidado, con esos seres indignos que dejaron de amarse en el momento que pusieron un volante en sus manos... y es que, amigos, no se me ha ocurrido otra forma de contarles mi regreso a casa por carretera, a sabiendas de la injusticia que cometo con los animales por mi discurso, pues queda bien demostrado cuán peligrosa es ésta, nuestra selva, pero más aún lo poco que nos respetamos, y de eso no tienen culpa los otros animalitos…

martes, 14 de julio de 2009

Tomen ejemplo...

Entre los genios que se van y los mediocres que se quedan, uno tiene la sensación de estar navegando a la deriva entre veleros de mucha eslora pero limitados de vela. Muy de cuando en cuando, en ese canal de televisión marginado que es la 2 de Televisión Española, proyectan un documental sobre Marinaleda, milagro entre los milagros. Ya les he hablado mil veces del asunto. Un pueblo de Sevilla de unos dos mil habitantes, con mucho campo aunque pocos recursos, pero con unos habitantes que siguen a su líder ciegamente, el alcalde Sánchez Gordillo, defensor de las igualdades sociales y unos derechos básicos inalienables. Nada de grandezas, simplemente una vivienda, un trabajo digno, unos servicios comunes…

No les hablo de grandes utopías, sólo de artículos recogidos por los Derechos Humanos universales que no se llevan a cabo en la mayoría de la geografía de éste nuestro país, pero que en ese pueblo cobran forma y se materializan…

Y yo, que siempre ando comparando, miro hacia mi pueblo, Villarrasa, y caigo en la cuenta de que alguien nos anda engañando. No me trago que un terreno de cien metros cuadrados pueda valer 20 kilos, no me creo que los jóvenes sean los malos de la película, no me cabe en la cabeza cómo pueden permitir decenas de casas vacías cuando hay muchas familias que no tienen donde caerse muerto. Más si cabe con un ejemplo como Marinaleda ante las narices…

Nunca fui de medias tintas, y tampoco de creer en la mala fe de algunos a las primeras de cambio, pero no dudaré un segundo en empuñar mi pluma y mi espada si advierto aprovechados y mentirosos. Mis obligaciones me impiden ahondar más en el tema, pero desde la distancia permaneceré latente y observador. Y es que, cuando vuelvo a mi pueblo, arden mis carnes al comprobar que todo sigue igual, pero peor, porque el paso del tiempo tendría que hacer mejorar a quien lo merece, por más que se empeñen en lo contrario algunos que dicen ser fieles al progreso pero que olvidan al más necesitado de oportunidades fuera del periodo electoral...

Siento mi desvergüenza, pero en eso consiste una terapia, en vomitar los sinsabores que recorren unas tragaderas hartas de tanta mentira, en gritar justicia cuando mi corazón percibe una desidia que, lejos de enrabietarme, me entristece, y es por eso que no cesaré en mi empeño de sacudirlos de vez en cuando para que espabilen, por el bien de todos...

viernes, 10 de julio de 2009

Mi pecado favorito...

Soy culpable sin remedio, infiel entre los infieles, por más que mi conciencia me inunde a reproches, pero es que mil veces mis sentidos ganan la partida a mi paciencia... Lo siento, me enamoro a cada instante y no puedo evitarlo, casi sin pensarlo, casi sin quererlo. Pero antes de hundir en mi pecho lanzas mojadas en veneno escuchen lo que tengo que decirles, sólo unas justas palabras y quizás algún lamento…

Lo sé, me embeleso, con cada paso de mis pasos, en cada momento, no es para menos. Y si no abran bien los ojos, a no ser que anden ciegos, cuando amanece, cuando anochece... escuchen las olas rompiendo en playas de arena fina para el tacto, sientan como suyo el aroma a azahar de las noches de verano en cualquier esquina olvidada. Sí, desde luego, culpable, más que culpable. De morir con la sonrisa de un niño, de gritar vida en cada letra, de abrazar cada segundo como el último... No deseo ser inocente, inocente de no hacer nada, de pasar de largo, de vestirme despacio y acostarme antes de tiempo. Llévenme preso, por jurar lo injurable, por llorar desconsolado, por gastar carcajadas sin conocimiento... pero no me quiten lo único digno que me queda, una vida bañada en libertad, un bocado exquisito a la existencia, un canto bello a éste, mi mundo, mi pecado favorito, cuna de unos pocos infieles que suspiran y otros muchos que no han caído aún en la cuenta…


Buen fin de semana, disfruten...



jueves, 9 de julio de 2009

Confesiones...

Es difícil reencontrarse con uno mismo, más si cabe en los tiempos que vivimos, con tantos quehaceres inútiles y tanta rutina insulsa. Pero a veces, si uno tiene suerte y los cometas se alinean, llega la oportunidad de recrear lo que un día fue mágico para tus carnes, aunque sólo sea por unos minutos, pero suficientes para el corazón de cualquiera. Yo hoy cuento el caso, a sabiendas que ciertas confesiones puedan convertirse en fantasmas del pasado en algún instante, pero os debo justificación a mi dejadez de principio de semana…

Y es que echo de menos aquellos veranos de bicicleta y chucherías en la puerta de Raúl. Añoro la época de los pantalones cortos y sandalias gastadas de tanto caminar por esa calle vacía hasta que la llenábamos de nuestras carcajadas. Recuerdo con cariño y aprecio las largas charlas inocentes de niños que empezaban a vivir y se conformaban con acompañarse bajo un manto de estrellas hasta altas horas de la madrugada. Aún siento esa brisa tiznada de buenos presagios en medio de la oscuridad, o ese repicar lejano del campanario del otro lado del pueblo. Jamás olvidaré los juegos ni las caras, los hermosos gestos ni las miradas…

Intento desde hace mucho esquivar en mi camino ese bello escenario, tan distinto ahora, pero que guarda la misma esencia melancólica de entonces, cuando esa calle fue testigo de nuestros pasos. Y debo confesarles, pues para eso sirve la dichosa terapia, que el pasado Sábado, después de muchas risas y alguna cerveza, no pude evitar volver al mismo lugar de antaño, a sentarme en silencio, dedicar una mirada al cielo y responder con una lágrima a todos los recuerdos que el aroma de esa acera traía de nuevo a mis sentidos… Y allí, sólo, dí gracias por aquello que vivimos y amamos…

Es por eso que me costó volver a escribir esta semana, pues no se me quita de la cabeza la tristeza por un tiempo pasado, mejor o peor, no sé, pero tan humano, tan cercano… que nubla mis mejores historias, por más que junte cuidadas y estudiadas letras, por más que empuñe mi pluma para versos nacidos en esos días en los que morías cuando llegabas a casa y descubrías que todo, a no ser que alguien parase el tiempo, iba a convertirse en un maravilloso y eterno sueño, como así ha terminado siendo…

miércoles, 8 de julio de 2009

Redenciones a destiempo...

Estoy ante la televisión en esta tarde veraniega observando las muestras de cariño al mítico Rey del Pop, tan criticado por sus extravagancias relacionadas con su vida privada. Y uno cae en la cuenta de la inmunidad de la que gozan los verdaderos genios que han pisado la humanidad, y se me viene a la cabeza la historia de Chaplin, de quien se decía que no tenía ni un sólo amigo por su mal carácter, o su matrimonio más que sospechoso con una niña de 17 años cuando él contaba 54 primaveras…

O el excelso Dalí, que se levantaba de la cama cada mañana preguntándose qué genial obra saldría de sus propias manos en ese día, haciendo gala de un egocentrismo fuera de lo común, además de reconocer un exacerbado odio a los mediocres que le rodeaban… Por no hablar de Shakespeare, que ordenó de puño y letra el asesinato de su rival literario Marlowe, según rumores bastante contrastados. O el mismo Einstein, misógino sin remedio, que terminó por decir en una conferencia que una mujer jamás tendría la inteligencia de un hombre, ante la incredulidad y enfado de toda su audiencia. Ya ven, excentricidades que hicieron correr ríos de tinta y que hoy son referencias olvidadas a pie de página, sin más...

Son muchos los casos de genios que llevan una vida desordenada y desesperante. Quizás exista un gen determinante de todo eso, un maldito cromosoma que especifique que las grandes obras de éste universo las ejecuten personas incomprendidas para el prójimo en su misma época, siendo el tiempo el único antídoto para dejar de lado prejuicios y envidias y así poder disfrutarlas como es debido...

Por eso hoy me anima comprobar cómo los humanos de a pie, esos que no vemos más allá de lo que observan nuestros ojos, de cuando en cuando y si no caemos en la abnegación, llegamos a atisbar, aunque muy de lejos, el brillo de una obra que no merece ser saboreada por paladares acostumbrados a morder el polvo de lo cotidiano. Y es que menos es nada…

Mis respetos a los que viven abrazado al arte y mueren en soledad, como parece el caso. Los años y el olvido terminarán por darle la razón, no me cabe la menor duda, porque las verdaderas redenciones siempre llegan, para los genios como él, a destiempo, mas no habrá nadie ya para pedir disculpas, pero es que ya sabemos, amigo, como se las gastan en este cruel infierno...

jueves, 2 de julio de 2009

Voten con B de burro...

Siga usted levantándose temprano un domingo cada cuatro años para votar al que mejor le cae, seguro de sí mismo de haber cumplido con su deber para con la sociedad. Así, elecciones tras elecciones, con la conciencia muy tranquila pero con los ojos cerrados a lo que le rodea, que eso se nos da muy bien a la plebe...

Hoy tuve el honor de recibir un correo de una anónima lectora de mis letras que dice encontrar cada mañana un abrigo a su desesperación con las cuatro palabras que dispongo en este apartado espacio personal. Me habla de su vida, de su ingrata existencia, como se refiere ella misma en su correo. Se trata de una muchacha que trabaja en una tienda de ropa, echando más horas que un reloj doblando camisetas a treinta y cinco euros el jornal, mañana y tarde, para que no le quede tiempo para pensar en lo maldito que es su día a día. Tuvo que dejar los estudios para aportar dinero en casa, siempre pasando con lo justo, con unos padres pensionistas incapaces de sostener pagos e intereses, y todo por el derecho a tener una vivienda medio digna. No ahondaré en los detalles, que son muchos y funestos, pero sí quiero servir hoy de voz de quien no la tiene porque no le dejan, de aquellos que, en su indefensión, se agarran con desespero a la esperanza de un futuro diferente, aún con visos de ser prácticamente imposible salir de un hoyo cada vez más profundo...

Y qué quieren que les diga, si es que da igual el político. Si es raro el día que no salen casos de infames corruptelas y desfalcos a la carta. Y sólo saben hacer marear el verbo y aliñarlo con sonrisas para parecer inocente de todo, embutidos en esos trajes carísimos vigilados de cerca por su estupenda escolta y su séquito de talibanes dándo la razón en todo a lo que el jefe diga…

Y ahí la tienes a ella, harta de madrugones y de orgullo tragado, cumpliendo en cada pago con sumisa pulcritud, sin tener ni para un vestidito estampado para el verano. Y vienen a decirle, encima, que no cumple su deber ciudadano de dar su apoyo en forma de voto a cuatro soplagaitas mentirosos horteras y desagradecidos que la olvidarán en cuanto salgan sus nombres en las listas de quien puede meter la mano en la caja, dando la espalda a la pobre mujer que les vende el traje bien escamondado para lucirlo en suntuosas recepciones de Estado…

Tenemos lo que votamos, tenemos lo que nos merecemos, y es que, además de cornudos, apaleados, y, sobre todo, engañados, pero sólo hasta que queramos…

miércoles, 1 de julio de 2009

Nos quedan los Indios...

En éstas noches veraniegas en las que la brisa se mezcla con el silencio, si tiene usted suerte y el insomnio le acompaña, podrá disfrutar de alguna de esas películas del oeste americano protagonizadas por grandes del cine de otra época. Anoche me tocó a mí, y sin comerlo ni beberlo me ví envuelto entre tiros y orgullo. Proyectaban “La Diligencia”, de John Wayne, película antiquísima pero no por ello menos buena. Imaginen el cotarro. Indios y vaqueros dándose jeroma a base de bien y sin ningún miramiento. Ya saben, el típico sheriff con cara de pistolero, el prófugo, el jugador de cartas, el banquero, la dama, la puta, el borrachín de turno y el gordinflón que hace de hombre bueno. Poco más, aparte de unos Apaches cabreados que cabalgaban como locos por aquellos arenales. Y muchas balas sin motivo. Que si el banquero me ha mirado mal, que si el borrachín se pasa de vueltas, que si la dama es mía y sólo mía… Todo tiros y Jerónimo tocando los huevos de cuando en cuando con sus amiguetes del gatillo flojo. Un descontrol, pensé en un primer momento. Ahí no hay quien monte una familia ni con Zapatero subvencionando alquileres. Pero nada más lejos de la realidad, o quizás nada más cerca, y es que al final, y perdonen que les reviente la peli, pero tiempo han tenido de sobra para verla, tras mucho gallito pistolita en mano y algún que otro desaire en plena calle, termina la historia con unos cuantos matariles y un solo tío en pié que camina a sus anchas lamentándose de su oscuro y ruín pasado…Hay cosas que no cambian, pensé, los mismos banqueros hijos de la grandísima, tanto sheriff sin placa venido a menos, bastantes putas, alguna que otra dama y borrachuzos para llenar cien trenes, por no hablar de los delincuentes malandrines que siguen campando a su antojo…. Y todos toditos, ojito al dato, mantenidos por el mismo, el gordinflón bueno que paga las facturas, echando 11 horas en la grúa, madrugando cuando la demás chusma duerme la mona, inconsciente de que, cuando se empiecen a repartir las balas, la primera viene con un dibujo de su gaznate en la espoleta… Así que lo único que queda es que aparezcan de forma inesperada los indios y llenen de flechas las tabernas del condado, y si puede ser, en hora punta, aunque cualquier hora es punta por estos lares. Ah, además no se olviden de avisarles que eso de las plumas ya no se lleva, no vaya a ser que Jerónimo y sus secuaces salgan espantados de algún garito de esos donde ni John Wayne tiene cojones a ponerse chulo, y encima tengamos que cargar con Caballo Loco en la sobremesa… Y es que en éste tiempo querría yo ver a esa pobre gente...

martes, 30 de junio de 2009

Gustavo en su placita...

Malos tiempos para la lírica, como diría la canción. A mi vuelta del trabajo suelo venir cada día siguiendo un itinerario distinto, quizás por aquello de escapar de una rutina agobiante que me atrapa desde hace mucho. Ayer, aprovechando que la ola de calor amaina, decidí venir por los jardines de Maria Luisa, escenario sin quererlo de turistas despistados que lanzan fotos por doquier sin saber muy bien el terreno que andan pisando ni su historia. El paseo era agradable, no tenía ni prisa ni hambre, y me dejé llevar por tanto sosiego, sentándome en un banco que daba a una de esas estatuas roídas que recorren el parque. El sonido del agua al caer en la piedra y mi cansancio hizo el resto. Cerré los ojos, dejé la mente en blanco y ocurrió lo inevitable, quedando mansamente dormido con la cabeza apoyada sobre mi brazo, hipnotizado por tan bello paraje, con dos patos en cortejo testigos de mi rendición a Morfeo. No sé precisar si fueron segundos o minutos. El que me conoce sabe bien de sobra de mi afición a la dormidera en cualquier situación, pero les puedo contar lo que soñé, a riesgo de que suelten la carcajada. En mi sueño se acercaba un hombre de mediana edad a mi banco, con mucho misterio, y me miraba con la lágrima saltada, sin decir nada, sin responder ante mi consuelo. No recuerdo su cara, no me dijo una palabra. Sólo se sentó, primero sonrió, después asomó la lágrima, apretó mi hombro, volvió a sonreir, y se perdió entre los jardines de flores vivas sin echar la vista atrás. Desperté abrumado, como esas veces que no distingues sueño de realidad, sobre todo cuando quedas traspuesto en lugares diferentes a los habituales. Miré al frente, a la vieja estatua roída, postrada ante mí de espaldas, y sentí de repente la divina curiosidad de saber de quien se trataba. Era Bécquer, sonriente, pintor de amores y batallas, tan vital como virtuoso de las letras, tan humano como sencillo. Un escalofrío se apoderó de mí. Quedé ante él, muy quieto, paralizado ante tanta nobleza y tanta historia verdadera, rememorando todos sus valores apasionados que no eran de éste universo. Es por eso que Dios quiso llevárselo aún siendo joven, es por eso que quiso visitarme en sueños y dedicarme un gesto, allí, en su pequeño apartado olvidado, en ese mundo perfecto donde se mezclan naturaleza y soledad para darle un sentido mágico a las palabras... Permita usted, poeta, que hoy dignifique mi placita con prosa humilde. Le pido, en su infinito, velar por mi inspiración y mi pluma. Yo, si le parece, prometo no dejar de visitarle de cuando en cuando y mientras pueda…

lunes, 29 de junio de 2009

viernes, 26 de junio de 2009

Invencibles...

No hay mayor delito que dejar un cuadro inacabado. Faltaba el pequeño, faltaba su fuerza, ahí va mi canto a su digna raza…
Escribe su leyenda con tinta bañada en nobleza. Tiñe de disciplina cada vista que dedica al frente. Jamás agacha su mirada, tampoco la alza hacia el cielo, pues hay almas que saben apreciar la belleza de los momentos cercanos sin decorados inútiles. Camina gritando los valores plenos de cualquier existencia, con ademán seguro, como los guerreros de antes, fieles únicamente a la espada y a su estirpe, pero limpios del pecado de quien juega a la mentira. Conoce el idioma de la franqueza, apretando el puño contra el injusto, portando la bandera de valores únicos que queman en las manos de prójimos que le guardan envidia eterna. Frunce el ceño ante la indiferencia, clava sus ojos negros sobre la pereza. Olvida lo imposible para abrazar lo que cree verdadero, las supremas leyes de la naturaleza, esas que postulan en silencio, con el lenguaje de los grandes sabios que dicen sin decir nada. Su honor existe en el infinito, en tierras de navegantes sumidos en océanos por simples corazonadas. Donde otros abandonaron él vigila el horizonte convencido de su hazaña, tan seguro de sus sentidos como el latir de un corazón que retumba en los muros bajo los que reside el hastío, despertando intenciones, animando al más sufrido lamento…
Logra seducir adjetivos olvidados, coraje, fuerza, garra, carácter, tan marginados en nuestro tiempo, tan vivos en su dicha. Dibuja una sonrisa sincera sólo cuando su alma llora de carcajada, mas expresa sin expresar, dignificando el gesto mil veces esclavo de trances vacíos en otras fauces, tan maltratado por otros yelmos en cientos de guerras perdidas, rescatando lo puro de lo humano...
Advierte el miedo en el cobarde, enemigo de la impaciencia, no se derrite ante lo inesperado. Pasos de plomo para un mundo que hace resbalar al más valiente, pero consciente de sí mismo, como el lobo que persigue siendo perseguido, demostrando espíritu indomable, presagio de su honorable apellido... Hoy quise que tuvieras unas letras dedicadas de tu hermano, sangre de tu misma sangre, tan diferentes los dos, tú fuego, yo aire, y a la vez iguales, tu pundonor, mi orgullo, pero, tan invencibles si navegamos juntos en ésta ciénaga de vida... que ni te lo imaginas…

Feliz cumpleaños

jueves, 25 de junio de 2009

El amigo de los niños...

El pasado fin de semana nos dejó Vicente Ferrer, quizás uno de los ejemplos más perfectos de vida dedicada a los demás que he tenido oportunidad de leer. Hablar de su paso por éste mundo es adentrarse en una idílica aventura con lo humano imposible de traducir en pocas líneas por mi pluma, que se queda pequeña ante tan magnífico sueño hecho realidad. Un hombre que luchó en la guerra sin dar un solo tiro, en el bando equivocado, ingresando en la Compañía de Jesús al poco de dejar las armas. Desde Barcelona viajó como misionero a la India, donde sus métodos no terminaron de gustar y acabó siendo expulsado de la Orden para iniciar su camino en solitario. En 1969 puso en marcha una organización no gubernamental que provocó la mayor transformación que se recuerda en aquel país dejado de la mano de Dios. Encontró agua donde no la había, llenó de pozos auténticos pedregales sin posibilidades, dio de comer a miles, millones de niños, construyó hospitales en ciénagas abandonadas, y un sin fin de obras incontables que dan buena fé de su amor a a la mismísima condición humana. Y tanto milagro le hizo merecedor de cientos de premios y de llegar a estar incluso nominado al Nobel de la Paz, pero era lo de menos. Vivió sumido en la esperanza de que algún día no quedaría nadie con hambre en éste planeta. Y así nos dejó, como los santos, en silencio. Hoy yace en la ladera de su montaña preferida, allí en la India, pero permanece en lo más profundo de millones de almas que hacen de su recuerdo una manera de comportarse en la vida. Un milagro reencarnado, en unas pocas líneas, humildes, como su gesto... descanse en paz...

martes, 23 de junio de 2009

Sudokus y Horóscopos...

Se me atraganta el café y la tostada. Tengo por buena costumbre leer la prensa mientras desayuno. Mi compadre Antonio siempre me tiene preparado algún periódico para echar el rato cuando él no puede regalarme alguna de sus anécdotas. Un día es el ABC, otro El Mundo, muy de vez en cuando El País, que es el más solicitado entre tanto trabajador de primera hora. Pero da igual, cualquiera que hojee, termina haciéndome amargo cada sorbo de taza, con todos esos pingüinos destartalados soltando falacias por la boca, mientras otros muchos talibanes de llevar por casa aplauden cada movimiento de su líder como si fuera la vida en ello. Nuestro querido país, a base de bien, ha caído indefectiblemente en el ridículo, y sólo sabemos mirar para otro lado. Para Italia, por ejemplo, donde el cacique Silvio hace de las suyas de forma impune. Y olvidamos que aquí los tenemos iguales o peores, pero más disimuladitos, y sobre todo en nuestra santa tierra.
Habitamos en la finca del enchufe, donde si eres presidente de la Junta y tu hija necesita una subvención, se la das sin preguntas, y aquí paz y después gloria. Poseemos el dudoso honor de ser la región europea que soporta más paro, que se dice pronto. Convivimos puerta con puerta con gentuza que tiene catorce pisos repartidos por todas las playas de la zona, y todos vacíos, encareciendo el alquiler de quienes verdaderamente lo necesitan. El único lugar del mundo donde el pillaje no sólo está permitido, sino que está bien visto, porque, dicen, es de gente espabilada. Un país que se desmorona entre banderas y las bombas de unos cuantos, sin que nadie haga nada, porque todo lo compensa el partido del sábado o la barbacoa en el campo del domingo. Y todo ésto, para colmo de masocas, me lo tengo que zampar junto con una tostada que cada día sabe a menos. Es por eso que, últimamente, cuando Antonio se acerca con el periódico, paso directamente a la última página, donde ponen la programación, que allí sé que no mienten, y al menos saco algo en claro, aunque a veces ni en eso dicen la verdad los malditos, y me cambian de hora Redes, mi programa favorito, cogiéndome un berrinche de mil pares en medio de la madrugada… Así que sólo me vienen quedando los sudokus y el horóscopo, o decirle a Antonio que se meta el periódico por donde le quepa, fastidiando, como la vida misma, al que menos culpa tiene…

lunes, 22 de junio de 2009

Regalitos por encargo...

Qué gracia me hacen los ganaderos de España cuando tiran para Madrid con sus animalillos, por medio de la Castelllana, reivindicando lo suyo. Pero no sólo pasa allí. Aquí en Sevilla también los tenemos, pero más sufriditos…
No sé si lo han terminado de notar, pero el verano ha hecho acto de presencia y se dispone a darnos buenas bofetadas durante un tiempo. Uno anda acostumbrado a tanto tortazo, por lo que la sarna será menos, aún sin ser con gusto, aunque no quiero ni pensar cómo estará la gran mayoría de la población de ésta ciudad, con tanta piel de borreguito. Y es que supongo que habrán oído lo de la manifestación la semana pasada, donde cuarenta mil almas borreguiles se echaron a la calle para proclamar unidos por la mala gestión de su club, el Betis. Me da que pensar, desde luego, el calor que deben estar viviendo los pobrecitos, con tanta lana, bajo éste Sol de justicia que abrasa las ideas de cualquiera. Les compadezco, a todos, al pastor y al rebaño, al perro y al cacique…
Señores, me da vergüenza vivir en una ciudad que se jacta de defender los sentimientos futboleros pero que ni se plantea salir a gritar frente al Ayuntamiento por el paro, el más alto de la historia, por los sueldos precarios, por el precio de los alimentos básicos, no sé, tantas cosas por las que protestar y nadie que ni se lo proponga, y eso que allí había desde abogados hasta artistas, pasando por trabajadores de a pie. Vamos, todo cristo…
Por eso digo que, tanto borrego en grupo, por el centro de ésta ciudad bañada en falacia, ofrece al turista un paisaje pueril, sólo semejante a las imágenes que cada año nos muestran de Madrid, con todo bicho viviente en Gran Vía, defendiendo no sé qué del Paro Agrario, minucias sin importancia mientras tu equipo juegue en primera para ir a verlo los domingos. Manda huevos.
Y dicen que la profesión de pastor tiende a desaparecer, mentira!. Aquí nos sobran borreguitos que cuidar, o, si prefiere, adoptar. Haga usted una buena obra y regale algo original a su señora en éstos días de verano. También mandamos por encargo…

viernes, 19 de junio de 2009

Nuestra guerra...

Hoy le toca a usted merecer mi homenaje. Éstas letras huérfanas de dueño bordarán de oro su estirpe si da un paso atrás en el orgullo y ofrece una mano a la vida. Les propongo batirse en duelo contra la pereza de navegar a la deriva por un mundo que sólo conoce mareas que arriban a playas vacías de significado. Haced de vuestro nombre ejemplo, de vuestros pasos huellas imborrables. Gritad lo auténtico, lo más sagrado. Mirad siempre a los ojos, convencidos de fé, rebosantes de pulcra actitud. Hundamos nuestra daga de la lealtad sobre corazones indignos que juegan con las buenas intenciones del caminante. Sin piedad, llevando en cada golpe la historia de la ignominia grabada a fuego, por tantos siglos de desacato al honor y a la libertad. Por vuestros antepasados…
Que sufran los injustos, los osados. Maldecid con saña al que manda y roba, al que ríe mientras engaña. A todo aquel que no llegue más allá de donde alcanza su mirada. Humillemos con descaro al iluso vendedor de miedos y reproches, de sonrisas que suenan huecas y lamentos a destiempo. Nuestra bandera, el amor. La pluma como metralla insondable que destroce enemigos forjados de las sobras, indefensos ante tanto argumento magnífico. Por vuestros hijos…
Prometo, palabra, no desistir en el desempeño. Juro, por mi gesto, hacer la guerra a la desidia que una vez me acompañó, inundando de fantasmas mi siniestra guarida. Clavaré con pasión mi lanza en el centro de todo aquel que ose limitar los pasos de luces abrazadas a lo humilde. Mi batalla, que es la vuestra, cantará victoria, no dudeis. Nuestra lucha, que haré mía, clamará cientos de homenajes sinceros, humanos, no desistáis. Así será, por mi espada, afilada, por vuestra alma, poderosa, por nuestra memoria, verdadera...

jueves, 18 de junio de 2009

Formas de pedir...

Éste calor ingobernable cercena cualquier atisbo de buena intención. Pero en medio del desierto siempre encuentras algún oasis olvidado, les diré... Si por algo se conoce ésta ciudad es por dar cobijo a buscavidas que aparcan coches y pobres almas que acuden a la triquiñuela para llevarse un poco de pan y vino a la boca. Están desde los que camuflan enfermedades mentales hasta los que esconden un panorama vital siniestro por culpa de un alcoholismo mortal, desde los que no cuentan muchas primaveras hasta los adultos que parecen ancianos por tanto despropósito de vida, ennegrecidos de tanta calle y tanto mal comer.
Pero, como en todo, la dignidad habita si se quiere, y llevo semanas dando de bruces con el mejor ejemplo de los que conocen el antiguo oficio de pedir. Es una mujer, gitana, de buenas maneras y fina pose. Lleva consigo un ramo de rosas y unas cuantas ramitas de romero, impregnando de buen aroma el lugar donde entra. La mujer se acerca, educada, con amplia sonrisa, sin malos gestos ni exigencias, dominando la pausa y el decoro, mirando a los ojos, como los buenos. La primera vez que la tuve al lado hice el ademán típico, negando propina por nada, tan acostumbrado a enganchados de mala gaita que abusan de su condición callejera. Pero ésta vez era diferente. La observé, tras mi pudor, acercándose con idéntica naturalidad a la siguiente mesa. La misma sonrisa, sincera, distintas palabras, simpáticas, pero con hermoso timbre, medido. Fue cuando hice por llamarla y le solté lo que vale un café. Sus ojos brillaron, mis esquemas temblaron. Me cogió la mano, cerró los ojos, apreté mi corazón, quede quieto, quizás inquieto, y clausuró el mágico momento con un guiño dedicado y el deseo de una vida plena. Y vale la pena, desde luego que la vale, por un huérfano euro, comprender en un sólo segundo la diferencia entre pedir o exigir, entre mirar u observar. El darse cuenta de tanto prejuicio que convive con uno, de la suerte que tenemos por nacer en la cuna que nacimos. Compensa, sin duda, por un único euro, sentir la bondad de alguien que conoce la calle y cree posible el milagro del cambio a base de pequeños gestos altruistas. Y, para colmo, sin ser de los que nadan en supersticiones, ocurre que, desde que la gitana apretó mi puño, casualidad o no, todo sigue su curso, que no es poco, cayendo la balanza de mi lado cuando lo vengo necesitando... Formas de pedir, regalando, y todo por una estúpida moneda olvidada. Ya les digo si merece la pena….

martes, 16 de junio de 2009

Reencarnaciones...

La suerte existe, desde luego que existe. Y si no me creen pongan uno de esos documentales sobre naturaleza de la sobremesa y tendrán la respuesta ante tanta pregunta existencial. Por ejemplo, están las gacelas, pobres animales a rayas que andan en grupos por los pedregales, indefensos ante el ataque de cualquier depredador mientras los compis de pasto observan la caza como la vaca mira al tren. Están los buitres, a la espera de la carroña que sobra de tan maltrecho manjar. Las ratas, bichos con mala suerte, porque da la casualidad que hay un pájaro que ve a kilómetros de altura, con lo que salir a buscarse la vida se hace cuanto menos peligroso. Algún que otro mono ameniza el cotarro con sus monadas, pero tampoco creo muy cómodo eso de vivir todo el día colgado. No me olvido de las liebres, listas que no veas, y rápidas, muy rápidas, pero escapando todo el rato del enemigo, lo cual debe cansar bastante. Y no nombraré muchos más porque daría para tres libros la cantidad de bichejos que hacen el Agosto a costa de otros menos agraciados. Igualito panorama, pensé, que en nuestro mundo, donde unos corren delante y otros detrás, sin saber muy bien a dónde vamos...
¿Reconocen esa selva señores?. Alimañas de todos los colores, estilos y linaje. Leones, tigres, elefantes, lobos, hipopótamos, cocodrilos, iguanas… multitud de animalitos, cada uno con lo suyo, bajo un Sol de justicia, buscándose la vida como Dios le dejan. Y pobre del que cojee o le entre un resfriado, ese la tiene clara. Porque otra cosa no, pero cabrones no faltan sobre éste cruel escenario…
Pues eso, que más vale tener suerte en medio de la sabana, no vaya a ser que eso de la reencarnación exista y nos toque huir a cada rato delante de medio belen viviente. Aunque ya puestos, entre tanto animal, prefiero reencarnarme en una mosca, una bien gorda, de esas que no haya cristo que la pille y coma poco. Y así posarme en los huevos de todos los animales de mierda que acechan al que corre menos, al más débil…
Así que, a todo esto, elija animal para el resto de sus días en nuestra selva, que aún está a tiempo, pero tenga en cuenta que la música de la mosca cojonera puede hacerle la existencia bieeen jodidaaa, y después no valen excusas y segundas oportunidades. Avisados quedan…

lunes, 15 de junio de 2009

Hoy van a perdonarme... Lunes lunero, de calor, exámenes y sueño, mucho sueño...

jueves, 11 de junio de 2009

Ejemplos e imposibles...


Recorrer camino, amigo, no es sólo andarlo y llegar. Mirar no consiste en poner la vista en algo. El beso no parte de los labios sino del alma. La juventud no se olvida con las arrugas ni el día acaba cuando empieza la noche. Sé de flores que nunca mueren y conozco mares que insisten en conquistar playas en silencio que susurran poesía…
He temblado por milagros que suceden y no terminan. He tocado el verso del asceta y sentido el tacto de la Luna en mil madrugadas. He visitado la guarida de lo verdadero y he visto llorar estrellas sobre praderas vírgenes de pecado...
Así pues, no me diga usted que existe el imposible, no me convenza a fuerza de estar seguro, que sé, bien de sobra, de amores que perviven en infinitos y hogares hechos de la nada, honrando el espíritu mas puro de dos jóvenes que nunca morirán de viejo porque nacen cada mañana y gritan vida a cada paso, regalando paraísos a éste cruel infierno, demostrando corazón ante un mundo injusto, deudor impune de tan excelso ejemplo, y bello, tan bello...

miércoles, 10 de junio de 2009

Conciertos a eso de las doce...

Tengo una cita cada noche, a eso de las doce, cuando la ciudad duerme y brota mi mirada al amplio horizonte que puedo divisar desde mi aposento. Una cita que da sentido a un día sin sustancia, al menos un ratito cada noche…
Y es que el calor y la desidia crecen bajo éstas cuatro paredes que suenan huecas, con un silencio únicamente roto por algún pájaro que posa en mi ventanal a observar un paisaje de edificios sin alma que habitan bajo estrellas hermanas de la Luna. La soledad no descansa, a veces me envenena, a veces me resucita, pero permanece, y ello la dignifica, pero de cuando en cuando suceden pequeños milagros que iluminan los pocos gestos amables de mis fauces…
Durante todo el año, cada madrugada, en su espesura, he sido testigo mudo de los acordes sublimes de una guitarra española que era acariciada por dedos anónimos para mi estampa pero reconocibles para cada uno de mis sentidos. A eso de las doce, cuando las brujas surcan el cielo, asomo al deleite musical de alguien que ni sospecha que cada noche toca para hacer volar mis mejores versos en prosa. Debe ser algún estudiante de música, de esas almas incomprendidas que suspiran por cinco cuerdas y un silencio, artistas que regalan obras al aire sin saber que siempre hay alguien dispuesto a admirar su arte…
Es entonces, a eso de la medianoche, cuando ocurre el pequeño milagro. Cuando sus notas saludan mi perfil asomado a la vieja cornisa y empiezan a lucir letras de mis manos, otorgándome sin saber instantes mágicos que no se olvidan durante el día y que renacen cuando cae la oscuridad. Unos minutos que enamoran, mientras espero que la inspiración cruce mi puerta solitaria…
Procuro cada madrugada no faltar a mi cita de nuestra guitarra anónima, hasta que alguno de los dos falte, porque así lo quiera el destino, y la magia desaparezca de un ventanal gastado por el paso del tiempo, pero divino escenario, sin saberlo, del mejor de los conciertos dedicados al viento…

martes, 9 de junio de 2009

Todo lo que merecemos...

Mucho que contar en pocas líneas. Desde unos resultados electorales que confirman el sentimiento generalizado de repulsa hacia los políticos, hasta las duras imágenes de trozos de avión sumergidos en el océano. El paro, con ese vago espejismo traducido en números que da la época estival cada año. Todas las empresas y sus EREs particulares, los accidentes de tráfico que sesgan las vidas en un solo minuto, no sé, imágenes que se nos muestran como rabiosa actualidad pero que olvidamos al cambiar de canal.
Desde ésta apartada senda de lo humano, me permito el lujo de dejar a un lado todas aquellas historias que la caja tonta vomita en nuestros salones cuando tenemos el gazpacho recorriendo el gaznate. No quiero habitar entre cadáveres andantes que no ven más allá de lo que reconoce su mirada, y todo por culpa de unos cuantos ricachones sin escrúpulos que determinan las leyes del bien y el mal, eligiendo las noticias que el españolito de a pie tiene que tragarse en la sobremesa. Me niego a pensar que la vida consiste en eso, en tener que dar las gracias de manera constante porque un tío enchaquetado y de falsa sonrisa nos dice que hay gente que anda más jodida. Eso ya lo sé, maldito. Lo que no sé es qué hace usted para remediar toda la metralla que me presenta, aunque no quiero ni imaginarlo, porque estoy bien seguro que usted olvida tanta miseria cuando saca un extracto de su cuenta corriente, que de corriente tendrá poco, y comprobará que le han ingresado esa paga extra manchada de la sangre, sudor y muchas lágrimas derramadas por todos esos desgraciados anónimos que se asoman a la pantalla durante el almuerzo para escucharle decir que la cosa está muy mala y que toca apretarse y no viajar demasiado, no vaya a ser que palmemos. Cambien de canal amigos, que los mismos que nos muestran tanta mierda son los primeros que venden a su madre por un mendrugo de pan y unas cuantas tortas, las mismas que se dieron para trepar por esa columnata humana de envidias y avaricia que llena el cotarro periodístico de éste miserable país. Y es que tenemos los informativos, los políticos y los aviones que nos merecemos, pero coma usted tranquilo ésta vez, buen ciudadano, que no le amarguen el filete, que quizás sea lo único de verdad que pueda llevarse a la boca en éste, nuestro tiempo…

viernes, 5 de junio de 2009

Soledad, mi escudera...

Tengo una amiga de la que nunca hablo, ni guapa ni fea, tímida, aunque se sabe de su presencia cuando inunda una habitación con su aroma. Les quiero presentar la luz de mis insomnios, igual la reconocen...
Me acompaña en mis noches peregrinas de letras y espacios, de silencios y miradas. Conoce mis gestos y mi furia, jamás delata enfado. Amante silenciosa en la penumbra. Quise odiarla, quise amarla, como esas relaciones imposibles donde nadie gana menos el transcurrir de los momentos. Me ha visto llorar desconsolado y reir a carcajada, frunciendo el ceño ante la injusticia y revolcar mi espalda en nuestro lecho. Sabe de mis males y mis lamentos, intuye verdades y mentiras, mas nunca opina, aunque su silencio sobra para responderle a mi alma. La he acariciado y maltratado, la he humillado hasta hundirla en el olvido, pero nunca pidió más que hacer compaña en la realidad siniestra que me absorbe en la madrugada, cuando enmudece el mundo y las estrellas se suceden…
La soledad es mi fiel hidalgo cuando todos duermen y mis dedos cantan al amor y a la guerra. La soledad, prisionera, es quien me acompaña y me mata. Tanto daño me hizo, y, sin embargo, le debo tanto… que vendo mi sino a quien pudiera traérmela un sólo segundo, y así poder besarla…

jueves, 4 de junio de 2009

Al final de la barra...

El mundo es simple. Están los buenos y los malos. Están los jueces, los policías, el Papa y sus sacerdotes, los hospitales, los del seguro, los abogados,y perdonen que me ponga a enumerar pero es que no quiero dejarme detrás ningún hombre de bien, en fin, los guardias civiles, los políticos, el defensor del pueblo, los sindicatos, los funcionarios de las Conserjerías, los orientadores de instituto, los profesores de religión… No hace falta decir que entre tanto lirio habita alguna ortiga, pero permitan que generalice, al menos hoy. Con la venia, prosigo… Jóvenes empresarios, vigilantes de la playa, oficiales del Ejército, el Rey, los gerentes de las Industrias que dan trabajo, los críticos de cine, los vendedores de loterías, el tendero de la calle Urbión, el vecino del quinto, mi jefe, mi ex jefe, profesores de facultad y de instituto, psiquiatras, psicólogos de rastrillo, y no sigo, que voy a vomitar el pollo al pil pil que me he zampado hace un rato…
Si creían que éstos eran los buenos, van listos. Vivimos bajo una mentira acordada por unos cuantos, donde otros tantos, muchos más si cabe, viven indefensos, sorteando obstáculos a veces insalvables, con el alma cada vez más deshilachada de tanto oportunista que aprovecha el cargo para hacer a su antojo barbaridades de campeonato. Es por eso que hoy vale generalizar, porque me parece aún más grave un chufla que se sienta tras una mesa de responsabilidad, que mil descamisados haciendo el cafre tras la barra de un bar. El peligroso es el que, llevando la chapa de un cargo medio notable, se comporta como el descamisado del bareto, aunque también he visto al final de una barra verdaderos caballeros, llevando con fina dignidad los pisotones de infames mamelucos que guían su destino…
Con esos me quedo, con los sacos de arena donde el que manda se desahoga. A los demás… Culpables hasta que no demuestren lo contrario, por creérselo…

lunes, 1 de junio de 2009

Tsunamis esperados

Dicen que nadie es profeta en su tierra, y yo hago esfuerzos de sobra para dejar de serlo. Y es que se me atraganta el puchero cuando cada año por estas fechas me ponen las imágenes del “camino” del Rocio, con miles de fieles en alboroto sobrellevando la media tajá, jurando y perjurando por la Virgen y la juerga. ¿Quien dijo que era imposible casar agua y aceite? Se equivocaban… He visto llorar ante la Reja de la Ermita cubata en mano. He visto hombres hechos y derechos perder la dignidad por cuatro bailes y unas risas. Si señores, como los talibanes de Afganistan, pero con alcohol de por medio, con lo que la mezcla raya lo explosivo. Y lo peor de todo, compañeros, es que cuando buscas explicación a tanta tragedia humana solo saben decirte… -Pues no vayas tu… y tan panchos… Que uno piensa, ni devocion ni ostias. Si mañana se aparece la Virgen en medio del camino y pide que acabe el farlopeo para rezar por las almas de los infieles, le dicen que rece su puta madre, que todavía quedan dos dias de fiesta, y venden su corazon antes que perderlo con tontunas. Pero hay Dios, y es justo, y cuando más colosal sea el jolgorio, un año de éstos, el ansiado tsunami decidirá entre devotos de la fé y devotos del mamoneo, y arrastrará consigo carros, carretas y peinetas, hasta quedar desparramados en las laderas de los Pirineos. Me perdonarán los lugareños de la zona montañosa. Y es que puestos a hacer burradas, vamos a hacerlas bien. Dignidad por favor, o, por lo menos, disimulen…

viernes, 29 de mayo de 2009

Ríndase o muera....

Me tengo que morder la lengua, por mi integridad y mi honor. Pero es que algunas veces se envenena uno tanto que olvida las buenas palabras y sólo desea echarse a la cara a uno de esos hijos de puta sin alma que sobrevive de las migajas del honorable y partirle la crisma, dos veces si es posible. Tanta leche con lo políticamente correcto y toda la pesca, tanta idiotez bien vista, tanto mediocre venido a más me está haciendo rebelde contra todo, amable con pocos y creyente de uno mismo, y eso me entristece, porque todos los ejemplos de verdad, aquellos últimos signos para la esperanza, viven acogotados por animales sin escrúpulos pero con mucho poder, el que da carecer de valores y seguir adelante. Hoy no daré nombres, ni para bien ni para mal, hoy no ensalzaré ningún héroe anónimo ni tampoco desterraré alimañas indeseables. Hoy sólo clamaré mi aviso contra quien deje de lado a las buenas personas que habitan con miedo por su simple condición educada. Es ésta mi declaracion formal de guerra contra quien ose reventar buenas intenciones a mi alrededor. Mi ejército se hará poderoso ante quien desdeña la derrota, y es que tienen por qué temer, pues no hay mayor peligro que el enfrentarse a hombres y mujeres que guardan corazones voluntariosos, gente que no tiene mucho que perder y una vida digna por ganar. Nos veremos en el campo de batalla indigno enemigo, no cesaré hasta hundir mi daga en su estómago, no lo dude, y la bandera de la bondad ondeará impasible ...
A los demás, buen fin de semana y mis disculpas por hacer de la terapia de hoy un canto a la guerra...

jueves, 28 de mayo de 2009

El Barcelona gana la Copa de Europa, la liga, la Copa del Rey, el Recreativo baja a Segunda, el Madrid no juega un carajo, los precios suben, los sueldos bajan, los parados se amontonan, los políticos se rebaquean, los ricos abusan, los espabilaos sobreviven... hay pocos motivos para darle a la tecla. Por eso, doctor, le pido terapia de urgencia para mañana... si tiene usted un hueco....

miércoles, 27 de mayo de 2009

Segundas oportunidades....

Me pasó hace unos meses en una entrevista. Entraba por la puerta un hombre mayor, de los de antes, de pelo cano y manos gruesas. Apretó fuerte mi mano y me dedicó una sonrisa sincera. Pidió permiso para sentarse y dispuso su curriculum sobre mi mesa, seguro de sí mismo pero sin perder de vista su humildad. No estoy acostumbrado a tanto protocolo. Suelo entrevistar chavales sin muchos recursos, guapitas de cara que se quedan en eso tras dos palabras, pero de cuando en cuando sucede que viene a pedir trabajo alguien diferente. En éste caso, más que una entrevista fue una charla entre amigos. Nuestro amigo me contó que perdió a su mujer culpa del cáncer, que sus hijos lo habían repudiado, que había tocado fondo. Estuvo en la cárcel por robo, motivado por un alcoholismo galopante que le hacía perder el norte. Me contaba con los ojos llorosos que años de rehabilitación le habían curado,y ya no sentía la necesidad de echar un trago. Desde entonces se veía buscando trabajo por todos lados, pero a éste astillero retirado, hasta en los albañiles le ponían pegas. Desde que abrazó la libertad, nadie quiso arriesgar y darle una mísera oportunidad. Demasiados huecos en su curriculum, me decía, convirtiendo la vida en un infierno inesperado, teniendo que compartir piso con estudiantes y repartir publicidad entre los coches, allí donde acaba la dignidad para un señor de esa edad...
Sólo me bastó hacerle una pregunta para contratarlo. ¿Por qué cree usted que debo contratarlo?. A lo que respondió... -Porque no sé hacer casi nada, y cuando me preguntan algo que no sé no me lo invento, pero les puedo asegurar que soy capaz de aprender todo lo que haga falta para que mi trabajo merezca la pena.Prometo poner todo el corazón...-
Hoy día es un referente en su departamento, lleva grupos de diez personas y los prepara para ser ganadores en lo que hacen, a su imagen y semejanza, y no desfallece...
Hace unos días me volvió a dar las gracias, sin saber el buen hombre, que las gracias se las debo yo a él, por convertirse en un ejemplo de los buenos en mi particular cuaderno de bitácora, donde guardo con celo las últimas señales de nobleza, superación y esperanza que asoman a mi puerta, muy de vez en cuando, pero suficientes para seguir creyendo....

martes, 26 de mayo de 2009

Exprime la vida...

El único pecado imperdonable es no vivir, entregarse a una muerte anticipada mientras la sangre corre aún por nuestras venas... Porque vivir no es sólo estar en la vida. Vivir es participar en la fiesta, actuar, ser protagonista. Elegir un papel, interpretarlo con autenticidad y convencimiento. Vivir es ser y conocer. Saber por propia experiencia qué es el amor, a qué saben los besos, qué se siente cuando se llega al éxtasis, a la cumbre del placer. Qué se pierde cuando un amor se olvida. Vivir es saber, en carnes, qué es la pasión y qué se siente cuando nos atrapa, qué ocurre cuando un amigo nos pone la mano en el hombro, qué sucede en el momento de una despedida, cuando tropezamos y tenemos que levantarnos y volver a la lucha. Vivir es estar vivo y parecerlo, saltar cada mañana de la cama como si todo fuera nuevo, como si fuese el primer dia, aprovechar cada momento, como el ultimo, porque el instante que se va no vuelve. No dejes que nadie te niegue el derecho a vivir, mientras tu cuerpo aguante, exprime la vida...

viernes, 22 de mayo de 2009

Despedir a la juventud...

Sabe el viento que te fuiste sin esperar redenciones. Sabe mi alma de errores y de oraciones porque vuelvas. Te encontré una noche de Otoño, tras nubes de dudas y de espanto. Te perdí por dar la espalda a la realidad de un mundo de mentira, mas no será hoy el día que te cuente zancadillas y tesoros perdidos, hoy quiero regalarte recuerdos y amables letras que hagan nacer sonrisas en tu bello rostro...
Deslizas tu fina estela entre paredes de algodón que despiertan al rozarle tu aroma divino, engañas al destino con sabores dulces que paladearon dioses sin memoria. Te ví con tu sonrisa eterna abrazando corazones desvalidos, sin orgullo ni prejuicio, como el aire, que no distingue cuando rodea. Agarraste bien fuerte la bandera de lo sincero en guerras perdidas y batallas cruentas, sóla, sin misterio, recia ante un presente lleno de trampas y desengaño. Y venciste, serena, porque tu fuerza radica en tu constancia, en una belleza que alumbra tinieblas y pereza.
Desafina el horizonte si asomas tu estampa ante cielos que no merecen utopías tan cercanas. Rompe el silencio más ambiguo tu sonrisa de otro mundo, nos regalas el día en la madrugada, la noche mágica en el día, y no haces sino embotar la existencia más insulsa con una brizna de tus gestos...
No distingo luces de soles, nieves de otoños, desde que te alejaste de mis pasos no me conozco y me pierdo. Desde que nos olvidamos culpo mi dicha y mis letras por perder en el camino tantas primaveras que ya nunca vendrán a cruzarse con mi conciencia roída y deshilachada, como mis carnes, que necesitan de tus caricias tanto como la Luna del cielo, como las estrellas de oscuridades...
Y ya nunca podré tenerte como quise, pero puedo reencontrarme contigo en el recuerdo, puedo rozarte en sueños, como antaño, cuando aún dormida, te besaba en la frente y te susurraba secretos de amores que se fueron y promesas que se olvidaron, mas cuando despierto llega el invierno y muero, y ya sólo vivo en infiernos, para recordarte, querida juventud, y echarte de menos. Desde aquí me despido de vos, traicionera, hermosa...

A los demás, hasta el Lunes...

jueves, 21 de mayo de 2009

Justos en Sodoma...

No me fascinan los niños. Quizás por pensar que ya no guardan la genialidad en estado virgen, sucia de toda la contaminación que llevan a cabo padres, profesores de escuela, televisión y series de mediodía, por no hablar de revistas superpops y nintendos de ese y de aquel…
Con tanta sobreestimulación a éstos pequeños hombrecillos y mujercillas, hemos asesinado de un plumazo la posibilidad de que el genio persista. Ya no se aburren, no crean, sólo relajan la mente ante un mando a distancia o un mando de la play, que da lo mismo. No se cuidan los artistas en potencia, se pretende encorsetar, desde la Educación, un estilo de comportamiento que hace la vida más cómoda a profesores y padres, pero que olvida en un rincón la posibilidad de crear nuevos mundos, ya sea plasmado en un relato o en una pintura abstracta. Por no hablar de la crueldad de los semejantes en el recreo, capaces de hundir al más pintado por conseguir la simple risa del compi de pupitre, hiriendo de muerte las ganas de expresar nada. La ley del más fuerte, ya saben…
Pero hay señales aisladas de esperanza. Venía camino de casa, detrás de una abuela con su nieto, a paso lento, como andan las abuelas. El niño, que no contaría más de 9 primaveras, atendía cada palabra de la anciana con auténtica admiración, sonriendo humilde ante cualquier chascarrillo, mirando por sus pasos, adelantándose en cada cruce, como dios manda. Casualmente, la mujer vivía en mi edificio, y fue cuando pude ser testigo del pequeño milagro. La señora se dirigió al niño, allí, delante de mis narices, y le preguntó… -¿Cómo te llamas hijo?. –Luis, señora…-, respondió. –Pues muchas gracias Luis, te agradezco que me ayudaras a cruzar tanta carretera hasta llegar a casa… Y fue cuando nuestro pequeño héroe, de aspecto desaliñado, dijo frescamente… -Nada que agradecer señora! Si de todas formas me iban a poner falta en clase por llegar tarde!... Y allí separaron sus caminos…
Quedé perplejo, estuve por acercarme a la escuela del chaval y romper una lanza por él ante la profesora inconsciente que llamaría la atención del muchacho por llegar con retraso, pero ya había doblado la esquina corriendo el zagal…
Excepciones por las que me parto un brazo si hace falta, porque estamos faltos de gestos sin esperar nada a cambio, y son ellos, esos pequeños genios, los que un día pueden salvar éste corral de la mediocridad y la desidia en la que nadamos, si les dejamos… Y es que, como dicen, siempre hay algún justo en Sodoma…y eso me anima...

martes, 19 de mayo de 2009

Gente especial...

Me lo contaba Ana, mi compañera de fatigas académicas, con los ojos humedecidos, mientras se acababa el café que acostumbra a saborear antes de entrar en clase. Ana siempre fue un alma comprometida, de esas personas que nunca son del todo felices si alguien cercano anda jodido. Los que la conocen saben de su altruismo, a veces enfermizo. “…Pon la mano de vez en cuando…”, le digo para sacarle un gesto amable en su rostro castigado. Ana viene trabajando desde hace un tiempo en un colegio de niños deficientes mentales, les ayuda a conocerse y expresarse en una labor que requiere paciencia de santo y destreza de orfebre, virtudes que rebosan en nuestra protagonista. Me decía que estuvo el fin de semana en los Campeonatos Andaluces de Atletismo para niños “Especiales”, palabra que desterraría del diccionario humano sin dudarlo. Tocaba la final de los cien metros, diez personitas ilusionadas se preparaban para la salida, conscientes de que en las gradas animaban familiares orgullosos de cada uno de ellos. Querían ganar, desde luego, quizás por el simple hecho de reverdecer la sonrisa de unos padres felices de ver su hijo levantando los brazos. Pero iba a ser aún mejor…
Comenzó la carrera, todos salieron disparados como pudieron, menos uno, un chaval de aspecto frágil que al poco de dar unas zancadas tropezó con sus propias zapatillas y cayó al piso, empezando a gemir desconsolado.
No pasó un solo segundo, los demás miraron hacia atrás, se detuvieron y regresaron, todos… Le ayudaron a levantarse y caminaron juntos hacia la meta, rodeando al chico que segundos antes estaba en el suelo. Dice Ana que el público, en pie, rompió a aplaudir mientras las lágrimas asomaban en los ojos de todos y cada uno de los que asistieron a tal milagro. Y uno piensa, y no es en balde, si los “especiales” somos todos los demás, hijos de un Dios distinto que olvidó tatuar el gen de la nobleza en nuestras carnes, pero que roció de osadía ignorante nuestro espíritu. Y ahora, bien ponderado lector, explíqueme usted, si no le importa, quíen tiene el retraso, si el que tiende la mano al desvalido que llora desconsolado, o el que vende al vecino por dos barras de pan y una onza de manteca colorá, como su vergüenza…

lunes, 18 de mayo de 2009

viernes, 15 de mayo de 2009

Testamento...

...Ahora que mi luz se apaga, es de justos jurar testamento y quedar en paz con los que me amaron. Y es que he visto pasar los años jugando a ser querido. Quiso el viento que mi sombra la persiguieran corazones dispuestos a regalar cariño a cambio de la nada. Esquivé mis pasos buscando nuevos mundos, conocí campos fértiles en libertad, tumbé mi lomo sobre espesas praderas mientras el Sol se hacía pulcro en la mañana. Ví amaneceres en soledad, abrazando el pecado, gritando al aire toda la fuerza que respiraba, celoso de cada instante. He saludado la noche, correteando tras amores furtivos de verano que hacían olvidar casa y oficio, bebiendo tragos de existencia que me abandonaban a la vuelta de la esquina, parando el tiempo. He disfrutado de manjares exquisitos, engañando la lógica de un mundo que pone fronteras a todas las cosas que parecen divinas, dando la razón a quienes defienden que no vivimos para ir lamentando ilusiones inacabadas…
En el olvido destierro los sufrimientos. Maldigo los viajes que se hacían eternos, días enteros entre cuatro paredes frías y alguna visita inesperada. Jamás derramé tanta lágrima como cuando me ví perdido, culpándome a cada paso de un momento de furia que me hizo perder de vista lo más sagrado. Doy gracias al destino por hacerme ejemplo de las casualidades que casi nunca suceden. Aún tiemblo al recordar aquellos ojos castigados por tenerme lejos, pero que renacían de vida por aparecer de nuevo bajo sus miradas, cumpliendo los deseos más profundos de almas en plena inocencia…
Y tras tanta idílica aventura, aquí echado observando el infinito, pienso sin pensar en todas las vidas que disfruté, todo el afecto, y sólo acierto a sonreír en la madrugada por haberse cumplido la excepción en mis carnes ya oxidadas. Debo ser noble y terminar mi caminar con la dignidad que merece mi estirpe, pues ni de lejos podía imaginar en aquella granja, en medio del monte, tan lejos de mi futura morada, que iba a abrazar cada segundo con el desempeño que lo hice, sintiendo como mío el orgullo de un apellido. Y ya, torpe en mis pasos, espero a mi última estación, el Cielo de los animales, pues tengo un relato que contarles a los que hace años partieron sin mi suerte, el de un chucho que tomó forma de hijo, el de un pastor que sintió como un hermano, la historia de un perro aventurero que recordará por siempre una familia que aún suspira por que resista al menos otro invierno a su lado…

Por siempre vuestro, Goku…

miércoles, 13 de mayo de 2009

Orgullo pirata...

En ésta travesía allén de los mares que venimos surcando diviso corsarios que persiguen nuestro rumbo. La bruma acecha una nave roída por un navegar en aguas turbulentas que hacen golpear la proa con trozos de otros barcos batidos en corso. Y como almirante debo decirles, honorable tripulación, que no cesaremos en el combate que semanas llevamos intercediendo contra bucaneros de mala estirpe y oleajes que hacen el capricho de Neptuno. Y no asusten queridos compañeros, conozco bien las cartas, el viento nos acoge y nos guía hacia islas donde la lucidez sea el manto que adorne su conciencia. Y no hay mayor tesoro, pues pervive en la eternidad de los corazones de quienes llegan a conocer tal virtud. No caigan en capricho de dioses que sonríen al verle desanimado, olviden la fatiga de las últimas batallas que han hecho daño las ganas de avistar tierra firme. A pesar de los pesares, nuestra vela mayor riza el cielo apuntando nuestra dicha, mientras nuestra leyenda hace, cada vez más, enmudecer aquellos que osan desafiar nuestros cañones cuando la bandera de la esperanza asoma en sus horizontes. Saben de su suerte, no hay rezos que ahoguen toda la vitalidad que encarnamos, os lo juro...
El botín que nos espera se llama Justicia, y será entonces cuando la memoria de los tiempos no desdeñe lo imposible porque saben de la historia de unos marineros ciegos que se echaron a la mar con el corazón bebido en coraje para medir la espada con quien no merece clemencia. Pervivirá nuestro ejemplo, daremos la espalda al mediocre que amarra su barca en puertos donde nunca ocurre nada, rindiendo pleitesía a los mismos patrones de siempre, esos que no tienen a bien mirarles a los ojos pero que no dudan en husmear en bolsillos maltrechos antes de que suba la marea...
Tiene usted, amigo y amiga de a bordo, la posibilidad de hacer de su existencia un milagro, y es que hay peores castigos que la muerte, si no pregunten al que vive escondido muerto de miedo por amenazas que suenan vacías. Tengo la respuesta a tanta guerra, tan fácil como no dudar un solo segundo de sí mismos, tan noble y verdadero como defender valores que no salen en los mapas, pero que serán, si queremos, santo y seña en nuestro particular cuaderno de bitácora. Luchad!... Y que tiemblen al pensarnos compañeros!!!...

martes, 12 de mayo de 2009

El rey de los cabritos

Lo tiene usted crudo, bien crudo. En el mejor de los casos ha caído usted en una red llamada Sistema del cual nadie puede salir a menos que venga con parte de defunción bajo el brazo. Es sencillo, consiste en dedicar media vida a un trabajo que le explota y disgusta para poder llevar las cuatro migas de pan a casa y repartirlas a la prole. Es lo que le queda, semanas grises envueltas en depresiones vespertinas y prisas que enloquecen al más tranquilo, quizás una siesta seguida de un sentimiento de vacío y una cena rica en grasas que engorde su tripa y su desesperanza. Y al catre de nuevo…
En su corta existencia usted, en su triste rutina, tendrá que lidiar quiera o no con almas oxidadas que no ven más allá de su gaznate, cachos de carne con ojos que mueven el culo sólo por uno mismo sin saber que con cada paso van perdiendo credibilidad, si es que alguna vez la tuvieron. Los reconocerás fácil, defienden lo que creen que es suyo a grito pelado, pisan por encima del débil, se ríen de la honradez y la dignidad, valores, piensan, de mentira…
Pero aunque consiga usted aislarse de tanto mediocre y crear un ecosistema medio aceptable donde posar sus nalgas, lo sigue llevando jodido. Hipotecas impagables, políticos que manejan a su antojo, bancos que juegan con su dinero, e incontables ingredientes de una vida que no sé quien rayos se la cree. Y cuidadito con salirse del tiesto, ojo con cargarse de un golpe quien le asalta por la calle o no dar paso al animal que viene por el carril izquierdo haciendo luces, porque entonces sí que la lleva clara. Ni la ley ni quien la lleva a cabo le asiste, por muchos impuestos que pague religiosamente.
Así que visto como está el patio mejor hacer la mochila y tirar al monte a vivir con las cabras, que por lo menos no piden más de lo que te dan y escuchan atentamente la cantidad de barbaridades que se te pasan por la cabeza un día cualquiera. Así que no se extrañen si me ven vestido de pastorcito, podrán decir sin miedo que soy el rey de los cabritos, preferible a pernoctar entre cabrones sin alma que le buscan la ruina a uno y se descojonan del pastor, del perro y la madre que los parió. Y es que si al menos dieran lana…

viernes, 8 de mayo de 2009

jueves, 7 de mayo de 2009

Semos idiotas....

Vivimos en un país gobernado por analfabetos que son votados por analfabetos. Ya podamos ponernos de bruces o estudiar excepciones, da lo mismo, se pongan como se pongan. La democracia posibilita que unos cuantos bodoques con labia y mucha avaricia camuflada se apoltronen en asientos bien mullidos por los fajos dinerarios que el poder lleva consigo, faciendo a su antojo nuestro destino. Para darse cuenta sólo hace falta escucharlos y comprobar que éste tipo de alimañas carece de cultura histórica ni de valores, por mucho que adornen su discurso de buenos gestos y moralejas venidas a cuento. No irá a pensar usted que la gripe porcina es la única epidemia que inunda nuestras calles…
Y después estamos los demás, analfabetos desde la cuna, proscritos a dejar la piel en un trabajo que nos agota para, encima, dar gracias por tener salud y dos días libres a la semana, para el que los tenga, claro. Sencillas almas en pena por un horario que anula la vena artística para el que la tuviera, con la mirada fija en la pantalla de un ordenador durante horas en el mejor de los casos, si no bregando en el campo cogiendo aceitunas por 7 euros la hora bajo un Sol que cercena las ganas de nada. Gente que va y viene gastando los pocos duros que ahorran entre tanta hipoteca e impuestos sin sentido para que la clase política mueva el culo en coches blindados y rieguen su gaznate con el mejor de los vinos un mediodía cualquiera. Me siento analfabeto por ser gobernado por gentuza que proclama la paz y la alianza de las civilizaciones pero que no dudan un segundo en vender armas a la Israel genocida si trae a cuenta, con las misma naturalidad que manda ayudas a los palestinos masacrados, limosna bien pagada por el españolito de a pie. Analfabeto por formar parte de una sociedad donde cabe el “todo vale”, pero que no escatima en afilar cuchillos contra el que piensa diferente sobre algunas tradiciones, dando de lado la esencia pura de esa libertad de mentira que con tanta facilidad se echan a la boca. Y es que, amigos, sé que mi retahila no sirve de mucho, quizás para añadir veneno a mi caminar por este pedregal de existencia, pero permitirá usted que, siendo ésta mi terapia, desahogue de cuando en cuando mi espíritu, harto de creerse las mentiras de unos y los golpes en el pecho de otros…
Y al final uno llega a la conclusión, si es que llega, de que casi mejor no pensar mucho, no vaya a ser que después venga Hacienda reclamando las neuronas que hemos utilizado de sobra, así que ya sabe, haga como que es idiota, como viene haciendo, que igual hasta desgrava y le da para invitar a unas cervecitas a su jefe...

miércoles, 6 de mayo de 2009

La tortilla de Iñaki...

No soy de tragarme telediarios en la sobremesa. Sólo hace falta echar un vistazo para darse cuenta que el timo de la estampita sigue dando resultado, por mucha chaqueta que vista el repeinado de turno que asome a la pantalla a la hora del vino. “Buenas tardes…”, dicen con sonrisa interesante, porque otra cosa no, pero educaos... Y prosiguen, “… Doscientos muertos en Filipinas por un terremoto…”, mientras el realizador enchufa las imágenes de niños destripados bajo un muro de piedra o una embarazada con su hijo en el tejado de la casa pidiendo auxilio a la desesperada… Y ni se inmuta el maniquí encorbatado. Pasan a la siguiente noticia, más cercana, pensada para que una vez calentito con lo de los fiambres desparramados preste usted atención al cotarro. “…Zapatero dice que lo peor de la crisis está por llegar…”, y te quedas embobado mientras la corruptela política entra carpeta en mano en el Congreso a media mañana. En ésta no se paran mucho, de hecho a veces pienso que las imágenes son antiguas, de otro tiempo, si total, siempre son los mismos…
Pero espere, si aún mantiene usted su hocico pegado a la pantalla de la caja tonta para entonces, podrá ver usted como se las apaña Iñaki Cantamañani con la sartén mientras le da la vuelta a la tortilla y la adorna con dos ramitas de laurel a los lados, ya saben, ese “toque personal” a éste plato maravilloso al alcance de todos los bolsillos, y es que últimamente no hay telediario que no saque a un tío preparando postres o manduca a precio de costo, que manía más imbecil…
Sacúdase las babas que no está bonito, pasamos a los deportes, la parte más importante del programa, que para eso destinan 25 minutos de reloj a contar cómo se saca un moco Guti o la historia del típico “panderetas” que no falta cada domingo a la cita con el equipo de sus colores… patético. Si es eso lo que entienden como noticias deportivas…
Ahí acaba el chanchullo, suena la música, salen las letras de los cuatro soplagaitas que se reparten el pasteleo diario, y digo bien, cuatro, porque no van sacar los nombres de los 15 becarios y 17 reporteros que tienen trabajando como negreros para tener por delante un guión medio digno. Se apagan las luces y se intuye al engominado hablando con el de deportes sabe Dios de qué… Que muchas veces pienso, mira, le estará diciendo lo mal que está el servicio últimamente en el Restaurante del Ritz, porque no se me ocurre que estén debatiendo sobre las ayudas sociales a los filipinos tras el terremoto, ni de cómo se las va a aviar el parado de turno, ni siquiera del panderetas o del moco de Guti, aunque ésto último es más probable que les interese. Que bien se lo montan los tíos, ahí siguen con la farsa día tras día señores, y mientras yo, cuchara en mano, tragando todo lo que me echen delante de las narices y sintiéndome mal por ser un mileurista privilegiado que no merece la vida que tiene tal y como me han contado ésta gentuza que está el mundo… manda huevos la tortilla del Iñaki y la madre que les parió oiga… manda huevos...

lunes, 4 de mayo de 2009

2 años de terapia...

Dicen que las estadísticas plasman con objetividad la importancia de ciertas cosas. En estos dos años de terapia que hemos cumplido hemos superado las expectativas iniciales con creces. Lo que comenzó una tarde calurosa de Mayo como un grito desde el negro fondo en el que me hallaba, se ha convertido en un lugar de encuentro de unos cuantos amigos, anónimos o no, que nos reunimos al calor de unas letras y buena música para evadirnos al menos unos minutos cada día. Datos que aquella tarde se hacían impensables. 350 artículos, 15 mil viistas, días de más de 100 visitas únicas, relatos de hasta 33 comentarios... fríos datos que son insuficientes para captar las sensaciones que tanto para mucha gente como para mí hemos experimentado. Y muchos momentos, desde las risas con mi compadre Antonio a las críticas más descarnadas. Los relatos de la madre, del perro, el día que amanecí borroso, los homenajes que escribí, los que están por escribirse, mi navegar pirata, los chascarrillos de mi infancia y hasta pequeñas colaboraciones de mi hermana, mis padres, Raúl... haciendo de éste espacio una entrañable orilla que guardais en vuestros corazones porque sentís que también os pertenece. 2 años, apenas un suspiro, lo mejor está por llegar... Gracias de verdad.

viernes, 1 de mayo de 2009

Pura poesía...

Quise explicarle lo que dicen, lo que piensan, aspiro a escribir letras que signifiquen, mas temo hundir mi prosa en lodos olvidados, pero prefiero arriesgar a vivir en la mentira de quien no lo intenta, a sabiendas que no sabré poner música a tanta poesía reencarnada…
Y es que dicen sin saber que la belleza vive en lo efímero. Piensan sin decir que el amor se atraganta tarde o temprano. Susurran en silencio el idilio del infierno con días que se parecen. Obvian que tras la puerta de sus secretos existe un alma que no descansa para que sonrías a carcajada. Olvidan lo más sagrado del universo…
Pero yo conozco un lugar donde residen todas las virtudes en una armonía que engaña a lo breve, he paseado bajo un cielo azul que saluda al niño que descubre horizontes difíciles de enfrentar. He dado la mano al altruismo y en mi puño ha dejado rosas que no marchitan pues visten de olores agradables una brusca existencia. Y me han dicho al oído palabras de ánimo que se repiten en mi mente para no bajar la guardia, y yo, ciego en muchos momentos, no pude sino actuar como el Dios de mis actos acertaba a darme en consejo. Y no fracasaba nunca...
No sé explicarle, gentil ciudadano, verdades que nazcan de mi cosecha, pues no son mías, no sé hacer crecer ilusiones que no se me hayan regalado, perdone usted el plagio de sentimientos, no vienen siendo originales, pero tenga a bien recibirlos en sus brazos y dar ejemplo al que destierra lo que nunca debió.
Vuelva a perdonar mi entresijo de frases, que no pretende clamar otra cosa que una mujer que le dio la vida y que lo sigue mimando como el primer día, a pesar del transcurrir de los años. Y permitirá que le pida, buen hombre, que hoy al menos, gire su alma a sus mismos orígenes, allí donde nunca dejaron de esperarle con los brazos abiertos y el corazón encogido… y vendrá a caer en la cuenta que ni la belleza es efímera ni el amor se desvanece con el tiempo, y que al paraíso se llega de la mano de una madre que no aparta la mirada de sus pasos, por más que se empeñe el viento…
Todos los valores que abrazo, todas las cartas de amor que escribo, toda mi ciencia y mi altruismo se lo debo a ella, madre, bella y excelsa madre. Y sin embargo, a pesar de no poder quitármela de la cabeza, no sé ponerle letra a tanta poesía en movimiento, mas quizás valga una mirada y el lamento de no tenerla cerca…


Feliz Dia de la Madre, feliz fin de semana