miércoles, 23 de marzo de 2011

A pesar de unos cuantos....


No puedo jurar demasiado, pero sí les quiero relatar algo sobre ellos. Los he visto levantar aún de noche, con los cristales empañados y el orgullo encogido. Los he visto vender su alma por un simple trozo de tierra y un sitio donde caerse muerto. Me han hablado de la dignidad como un recuerdo con cuatro limosnas en los bolsillos. Me han contado mil infancias de cariño y expectativas que quedaron en nada. Han luchado contra los momentos y las habladurías, guardando silencio ante los innobles que buscan el desahogo. Han sabido vencer a la pereza a la que les lleva un mundo falto de oportunidades y de poesía. Les tengo por guerreros de nuestro tiempo, héroes que no gastan acuarelas de artistas ni versos de poetas, pero que permanecen a pesar de todo, ávidos de un segundo diferente, de la ilusión de una mañana distinta. No conocen la abundancia más que de oídas, ni siquiera ya la pretenden. Han negado los instintos mirando para otro lado, con fe interminable en la constancia y en el esfuerzo, porque así se le ha dicho... 

La gente de mi generación, de la que os hablo, no sabe de empuñar fusiles ni de guerras entre hermanos, pero sabe que las banderas blancas no se inventaron para ondearlas sino para usarlas de mantel entre iguales. No conocemos Españas oscuras ni transiciones, ni hace falta, porque la oscuridad habita desde hace mucho en nuestros sueños, y no queda libertad ni fuerza para alcanzarlos. Los mayores nos dibujan sin honores, pero aceptamos sin violencia las imposiciones, las leyes de mentira que benefician a los cuatro de siempre.  Nos limitamos a confiar en democracias infames heredadas, jugando a perdedor en cada movimiento, como el batiente que enfila la espada a sabiendas de la segura derrota, por si no hubiera honor suficiente en ese gesto…

Y además vienen a culparnos. De vivir la vida donde ellos la negaron, de beber entre amigos cuando ellos así lo hubieran querido, de gastar las horas ante la pantalla y sonreir demasiado. No les gusta que conozcamos lugares, que abracemos el presente, que gritemos de madrugada canciones entre risas y chistes con gracia. Solo entienden de caminos largos y la vista al frente, sin concesiones ni días libres,  con el como Dios manda eterno en la boca, sin saber que igual Dios tenía otro plan para nosotros y ahora viene a cumplirse…

Hoy quería contestar con pocas letras, quizás siendo poco, a esos mismos de siempre que se apoyan en la barra de un bar cualquiera, entre copas y orgullo patrio, a ensuciar lo que queda de limpio de una generación, la mía, que ya no sabe como aguantarse y seguir tirando, a pesar unos cuantos de los nuestros, no me cabe duda, que merecen el chascarillo fácil de esos borrachos cualesquiera, pero son los menos, tengan por seguro, y eso sí que puedo jurarlo...

3 comentarios:

J.M.E dijo...

Nuestra generacion es maltratada por la gente mayor. pero cuando me digan que no servimos para nada les pondre tu ejemplo como el de tantos otros que luchamos cada dia por salir adelante,

Reme dijo...

!Claro que tenéis fuerza,la que da la vida que siempre va hacia delante,nunca retrocede, como el río.Sois el ahora y pobres de vosotros sino estáis aquí,y sino ¿Quién nos va a pagar las pensiones?ja,ja,ja...

Anónimo dijo...

Bendita generación la nuestra!!!

María Vázquez