jueves, 20 de mayo de 2010

Día 11. Almodóvar del Río. Mis ángeles de la guarda...

Como esos cuentos de hojas gastadas y amarillentas. Como esos cantos juglares que se escuchaban en las plazas del medievo. Como esos amores furtivos de los relatos de caballeros y princesas. A eso huele Almodóvar. A esos cantares de amores imposibles y deseo desbordado a la sombra de un viejo roble, al valor de un ducho hidalgo portando la pesada fusta que le salvará la vida. Y terminas reviviendo los valores de antaño, el honor, la gallardía, la nobleza, las artes, y hasta rozas las bajas pasiones, la traición, el vano orgullo, la locura desmesurada, el dolor por la injusticia, y todo sin salir de tu propia cabeza...

Enfilé la vega del río desde Córdoba, girando la vista atrás melancólico por perder de vista una ciudad que me había cautivado, de simiente mora, teñida de sangre califa y versos anónimos que enamoran. Caminaba con brío, a pesar del Sol y su gracia, y es que al final del trayecto sabía de un hermoso castillo que me esperaba para hacer volar mi imaginación como de costumbre. Hoy no hubo cansancio en la caminata, por muchos kilómetros y sendas equivocadas que tuve que lidiar a mi paso. Hoy no hubo flaqueza ni desvarío, sólo fuerza y ánimo, y por eso lo quiero celebrar con vosotros, amigos, que sois legión fiel a mis letras como yo a vuestras palabras de aliento.

Sin tiempo para pensar demasiado, cuando las sombras se me escapaban y el agua del río me era esquiva, aparecía exultante el castillo de Almodóvar en la lejanía, firme soberano de un pueblo encalado que se presentaba sencillo a la falda de la colina. Las buenas sensaciones aparecían entonces, sonriendo por un objetivo al que me acerco con cada paso, cuando, hasta hace bien poco, no daba un duro por mis tullidas intenciones. Y aunque la travesía hasta el pueblo fue casi dramática, sin dos gotas de agua y con la inseguridad de saber si la verea que iba siguiendo me llevaría a mis destino, no decaí ni un sólo instante, y es que cada día confío más en mantener la moral alta para no desfallecer en alguna cuneta extraviada, y eso me hace invencible por escabrosa que sea la dificultad que se atraviese en mi camino.

El premio a tanto esfuerzo fue justo. A las puertas de la calle Barca, bajando por Homero, aparecían ante mi mirada mis padres, emocionados, que esperaban para darme un abrazo sentido tras tantos días de soledad e incertidumbre. Portaban entre lágrimas el mensaje de los que me estiman, jugando a ser dignos emisarios de esperanza y valentía. Y aquí me hallo, escribiendo gratitud, con el depósito de las ganas de continuar lleno hasta los topes y la sensación de que este viaje no solo me pertenece a mí, sino a mucha gente que cuida de mis pasos y vela por mi senda, como ángeles de la guarda que cada vez siento más cerca y a los que ahora debo tanto...


Fotos y videos de hoy pinchando abajo...
http://www.flickr.com/photos/50063804@N06/sets/

6 comentarios:

Tita Inma dijo...

Acabo de hablar contigo y tus padres, y poco tengo que decir.... que siga tu senda y nosotros seguiremos siendo tus expectadores

CDI_RSH dijo...

Hoy sí que da gusto leer tu aventura. Así te queremos ver todos los días, disfrutando del camino y de tu aventura.

Unknown dijo...

La verdad q hoy es una aventura mucho mas feliz!!! y me encantan tus fotos!!! y seguro q has cogido fuerzas pa seguir!!!!
Hasta te echo de menos en ls turnos de noche!! no estas por ahi conectaooo!!! jaja
animo kike!!
muaka!

Anónimo dijo...

muchos besos kike. me alegro un monton que a dia de hoy veas mas cerca el final. estoy segura de que lo conseguiras. eres fuerte, siempre lo has sido.m.b.n

josemi dijo...

Hola Kike, soy Josemi. Bonito Almodovar ¿ verdad ? podias haberte alojado en casa de mi sobrina pero he visto que estabas con tus padres. Las fotos preciosas y su sigues fuerte como el dia que estuviste por aqui. ANIMO CAMPEÓN !!!! UN ABRAZO

Anónimo dijo...

un abrazo kike. estas culminando una aventura digna de ser contada. y transmitirnolos a los demas tiene aun mas merito. un abrazo. juan