lunes, 5 de octubre de 2009

No se fien de las ratas...

Nada es lo que parece. Aunque usted tenga la sensación de vivir en un mundo medianamente libre, con la mirada puesta en unos objetivos alcanzables y supuestamente razonables, a su alrededor habitan submundos que asustan al más pintado. Con mirar a otro lado y seguir el camino tiene bastante, pero si un día le madruga la ventolera y se propone saltar al vacío, acérquese a uno de esos lugares donde la realidad torna en infierno y todas las cosas que parecían amables se convierten en la peor de las pesadillas. Así está el patio. Pero no preocupe, a todos nos llega el momento de librar la batalla contra nuestra propia paciencia y rozar los límites de la abnegación humana. No queda otra que bañarnos en algún momento en la inmundicia, por más que tratemos de evitarlo. No les voy a engañar, no hay escapatoria, a no ser que tome las de villadiego y se tire al monte a vivir en un chamizo, opción a tener en cuenta viendo el percalito que está montado...
Posiblemente, a estas alturas del texto, ya haya usted caído en la cuenta, pero intuyo que su mente vuelve a estafarle al respecto. No importa, déjese llevar. Salga a la calle y dé rienda suelta a los sentidos, prejuicios, impresiones negativas, despechos, sinsabores, pues nada puede ser peor, ahora que ya conoce la realidad en esencia de este nuestro mundo. No les seguiré mareando, que ya tienen bastante martirio fuera de estas letras. Si han imaginado delincuencia en mis palabras, vicios, guerras... olvídenlo, no me refería a nada tan importante, lo cual hace más peligroso el cotarro si cabe. Les hablaba de la burocracia de nuestro sistema, la misma que nos inunda de muchos deberes y pocos derechos para terminar firmando abajo, sin que nadie nos explique la razón de tanto papel y protocolo...
Perdonen la brasa, es simplemente que mañana a primera hora seré yo mismo el que aguarde la dichosa cola para que me firmen, me sellen o me rectifiquen el típico trámite de turno, ese que no sirve para mucho más que darnos la oportunidad de volver al día siguiente , aparte de robarnos lo poco de dignidad que nos aporta un sistema tan podrido que apesta, por muy bonito que lo pinten las ratas de ésta, nuestra cloaca...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

estoy contigo ern todo lo que dices. este mundo esta podrido. un abrazo alli donde estes

Tita Inma dijo...

Ni el propio Weber a finales del siglo 19 que ya escribió bastante sobre burocracia y su perdición para los hombres, vaticinaba a lo que ha degenerado "nuestra propia muerte" una guillotina que se ajusta perfectamente a nuestros cuellos. Tita Inma