sábado, 26 de abril de 2008

Conversaciones con mi conciencia

Vale, seré claro. ¿No querías prosa? La vas a tener y bien. Te vas a hartar de estas líneas, odiarás cada morfema, pero volverás, cretina, a asomarte a esta ventana. Hipócrita de lo que sabes que quieres y no pides, de lo que huyes deseando... ni te pareces a lo que quieres ser, ni te acercas a lo que suspiras oir. Detén tu paso un sólo minuto y mira atrás, los que dejaste, lo que quisiste, los que mataste. Y sí, es tu culpa, todo es tu culpa. Indecorosa, pervertida, anodina, desvencijada, humillante y humillada. Me arrancaste, me heriste, me abandonaste. Y te fuiste con media sonrisa, detente y discúlpate. Me desgarra el cómo de lo que haces, sin pavor, sin primor, que poco arte, cuanto fetiche. Y no es lo que has abandonado, es lo que no disfrutaste y te perdiste. Demoledora conciencia, cuanto te detesto, cuanto asco, cuanto te intento olvidar, y, sin embargo, me enamora tu simple silencio...

No hay comentarios: